martes, 7 de septiembre de 2010

Y, ¿ahora?



Esa es una pregunta muy recurrente entre los jóvenes de nuestro país, pues es enfrentarse a una realidad. Y, ¿ahora qué voy a hacer después de la preparatoria, de la universidad? En esta ocasión, quiero compartirles unas reflexiones.

Es muy importante, que en los programas de preparatoria e inclusive desde la secundaria, se incluya una adecuada orientación vocacional, pues de ello depende la felicidad y la realización de muchos jóvenes que aspiran a desarrollarse en algún campo laboral, profesional y también por qué no decirlo, en la vida.

A ellos, hoy quiero dedicar estas sencillas líneas, en primer lugar a todos los que se enfrentan con esa decisión, ¿qué voy a estudiar? Ya desde que cursas el quinto año de Bachillerato (segundo de preparatoria), tienes la presión, aunque no la expreses, de escoger el área en la que vas a ingresar para concluir los estudios medios superiores y que serán el inicio de tu trayectoria profesional.

Generalmente, los bachilleratos te ofrecen cuatro áreas de especialidad, la I, está dedicada al ámbito matemático, es decir, Arquitectura, Actuaría, Cálculo, Diseño Gráfico e Industrial, Economía (aunque también puedes cursar la III, pero aquí es más enfocado a cálculo), Física, Ingenierías (Civil, Mecatrónica, Telecomunicaciones, etc.).

El área II, se especializa en las áreas, Química, Biológica, Médica; en donde después, puedes continuar con las carreras de Biología (en todas sus especialidades), Medicina, Química.

En algunas escuelas e institutos, la I y la II están invertidas, pero ese es el eje.

Área III, se conoce como Económico – administrativas, como su nombre lo indica, incluye, Administración (de Empresas, de Negocios Internacionales, pública, hasta de herencias), Comercio Internacional, Economía (con la aproximación administrativa), Ingeniería Industrial (por aquello del administrador con casco) y Mercadotecnia (que entiende, no es lo mismo que Comunicación)

La que cursé y que fue la mejor experiencia de mi vida, fue la IV, que es la Humanista. En ella puedes desarrollar todas las humanidades, es decir, Comunicación, Derecho, Filosofía, Historia, Humanidades, Literatura, Pedagogía, Publicidad, Teología.

Lo anterior sólo es una pequeña muestra de lo que puedes estudiar y a lo que te puedes dedicar. Recuerda que lo más importante es que seas tú y solamente tú el que decida qué es lo que quiere hacer. Es muy válido escuchar opiniones y en especial de tus papás, de amigos, pero lo que no puedes hacer es dejar que otro decida por ti.

Si tienes dudas, acude con expertos que te podrán ayudar, hay baterías de exámenes de orientación vocacional que te indicarán tus preferencias, pero no son definitivas, porque depende de ti.

Escucha tu interior, pero sí es fundamental que sepas lo que te gusta y para lo que eres excepcional, pues la madurez consiste en conocer tus limitaciones, pero lo más importante tus capacidades.

Revisa los planes de estudio de las diferentes universidades, cada uno tiene un perfil muy determinado, haz una lista de las opciones que te interesen e investiga las fechas de los exámenes de admisión. Recuerda que mientras más temprano lo presentes, más posibilidades tienes de ser aceptado y si buscas financiamiento o beca, también da mayores oportunidades.

El límite será lo que tú quieras marcarte como tal. No olvides que el final depende del principio. En la universidad experimentarás una libertad que puede confundirte, es normal, pero también es parte del proceso que sepas cómo manejar esa libertad.

Atento, ¡tu carrera será la mejor inversión que puedes hacer, no la desperdicies!

La segunda parte de esta colaboración, es dedicada a los jóvenes que están por salir o que ya salieron de la universidad. La pregunta es muy parecida, y, ¿ahora dónde voy a trabajar? ¿Qué significa salir al mundo? ¿Por qué no encuentro trabajo?

En una primera aproximación te digo que no te preocupes si no has encontrado trabajo, la situación del país no es la óptima para que cuando salgas, tengas algo bien remunerado. En ese sentido hay que enfrentar otra realidad, ¡no malbarates tu educación, tu inversión!

Hay carreras que se prestan y demandan que se comience con la vida laboral para adquirir experiencia. Es una oportunidad invaluable. Si no lo haces, tampoco te preocupes, pero sí aprovecha el tiempo con realizar actividades que te permitan desarrollarte y prepararte mejor, como aprender o perfeccionar un idioma, tomar diplomados que complementen lo que ves en las aulas, pero sobre todo, pregunta, cuestiona, debate, para formarte un criterio. Y si puedes, practica un deporte, porque es fundamental para mejorar tu aprendizaje, aunque no lo creas, porque cualquier actividad deportiva, permite desarrollar tu voluntad.

Como segundo punto, es importante que investigues las técnicas para presentar un curriculum vitae profesional, que en verdad sea tu carta de presentación. Hay errores en los que son comunes de incurrir, como el de colocar una fotografía; colocar porcentajes de los idiomas, es mentira quien es capaz de dominar una lengua al 100%, te reto a que me digas que de esa manera hablas el español (o no wey), en esos casos se coloca el nivel (básico, intermedio, avanzado, dominio o capaz de entablar conversaciones de negocio, etc.).

El CV, como mencionaba es tu carta de presentación, pero ten en cuenta que los reclutadores en promedio ocupan menos de tres minutos para tomar una decisión. Por ello es fundamental ser claro, conciso, pero eficiente; menos es más, dice una premisa de comunicación.

Incluye un objetivo, eso es muy positivo, porque demuestra que eres una persona con los pies en la tierra. Otro punto es colocar tus habilidades, pero en las que en verdad destaques. Cuida de no incluir en tu escolaridad el kínder en que estuviste y la maestra a la que le mordiste el brazo por primera vez.

Hay muchas formas en las cuales puedes buscar vacantes, hay bolsas de trabajo universitarias, otras en Internet, otros son los llamados “head hunters”, ferias de empleo, en fin. Lo importante es que no te desanimes, así tengas que enviar 300 aplicaciones por estadística una pegará.

Recuerda que también buscar empleo es un trabajo arduo, administra tu tiempo, conoce tus habilidades para que identifiques aquellos perfiles en los que eres afín. Lee, aprende otro idioma, programas de computación y como mencionaba, haz ejercicio.

Una tercera arista, el momento de la entrevista que es fundamental. Huelga decir que seas más que puntual. Atiende tu vestuario porque tu presencia será decisiva, tu peinado, tu calzado. Pequeños detalles pero demuestran mucho, como tu atención a los detalles. Cuida las posturas, sé tú mismo, no pretendas. El contacto visual es fundamental porque habla que no tienes nada que esconder y tu seguridad.

Responde sólo lo que te pregunten, pero sé inteligente y sagaz, porque hay preguntas clave en las que se determina todo, como por ejemplo, “háblanos de tus debilidades”, error clásico es contestar, “ser detallista o perfeccionista”; es una falsa humildad porque no es correcto aparentar virtudes como vicios.

Ya para finalizar, hay que recordar que el tiempo de crisis es de riesgo, pero también de oportunidad. Hay una infinidad de casos de éxito que demuestran que hay oportunidades para quienes las buscan.

Jóvenes no se desanimen, que esas mismas oportunidades están esperando a quienes la buscan. Entonces, ahora sí, y ahora, a ser feliz.

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