domingo, 12 de septiembre de 2010

¿Se pueden recuperar nuestros sueños?

Nuestras vidas están repletas de sueños, de anhelos, que es el alimento de nuestra alma. Vivimos de esperanza. En lo más profundo guardamos un deseo, una ilusión y también en muchas otras, por qué no decirlo, de frustraciones por no seguir aquello que nos hace felices y tristemente, renunciamos a esos sueños.


Muchas veces hemos escuchado que no se puede culpar a otros de no seguir nuestros deseos, lo que en verdad queremos en la vida. Pero, es cierto también, que por no herir, lastimar o no defraudar, lo hacemos para buscar la forma en la cual podemos ajustar aquello que anhelábamos a lo que será nuestra vida en adelante.

Cuántas presiones podemos soportar, por tratar de perseguir un sueño que no es entendido o mucho menos apoyado. En esos casos, se tienen dos opciones, luchar y alcanzarlo al costo de ser feliz; renunciar con el alto precio de un día arrepentirse de ello.

En determinado momento, pudiera parecer que dejamos de ser personas, para ser máquinas sin sentimientos, automatizados y preguntándonos el por qué terminamos así, en una vida que no era la que nosotros teníamos en mente o hubiésemos soñado.

Es por eso que hago esa pregunta, ¿se pueden recuperar nuestros sueños? ¿Podemos regresar de ser máquinas, para volver a ser humanos? ¿Por qué damos tanta importancia a lo que las personas en nuestro alrededor (en especial seres queridos) piensan, sienten o quieren para nosotros? ¿Por qué nos da tanto miedo vivir? Más aún, vivir felices.

Si bien es cierto que sólo tenemos una vida, ¿por qué desperdiciarla? Lo más complicado es enfrentarnos a nosotros y querer tomar las riendas de nuestro destino. Ahí descubriremos que tenemos miedo. Terror de encontrar que podemos ser felices.

Nunca es tarde, pero es fundamental la decisión, siempre y cuando todavía estemos en tiempo. Dice un viejo refrán, “Dios perdona siempre, el hombre a veces, pero el tiempo nunca”.

Sí se pueden recuperar, sólo es cuestión de quererlo, de intentarlo, pero sobre todo, de nunca dejar de soñar. Estar alerta y no desperdiciar las oportunidades que se presentan.

1 comentario:

Nishta dijo...

Es cierto, da miedo creer y saber que podemos ser felices. Nuestra cultura nos ha enseñado que debemos considerar a los demás para no afectar su felicidad y poner la propia en segundo término. Sin embargo, me viene a la mente que "la verdad nos hará libres" y la libertad es la felicidad que buscamos. No es la libertad que conocemos como definición de diccionario. Es mucho más profundo. Es la libertad que alcanzamos cuando decidimos vivir cada dia al máximo, vibrando amor por todos y por todo, empezando por uno mismo, es cuando decidimos regresar a conocer nuestra escencia y encontramos la luz interna que nos hace vibrar. Solo entonces sentimos y vivimos lo que es la verdadera felicidad y podemos regresar a ella cada que queramos, que la necesitemos hasta que un día logramos vivir en ese maravilloso estado por siempre.