viernes, 10 de septiembre de 2010

¡Viernes por fin!

Una de las experiencias más gratas es la llegada del viernes. El cierre de la semana laboral significa la mejor oportunidad para encontrarse con los amigos, convivir, compartir, comentar.

En verdad que es valiosísimo el poder contar con grandes camaradas, con aquéllas personas que te hacen la vida grata, llevadera, que te aceptan tal cual eres, con quien te sientes en plena confianza y libertad. Como dice un viejo dicho, te conocen tal cual eres y te siguen hablando.

Obras y obras han sido publicadas sobre la amistad, tratados de filósofos, alaban una de las más grandes relaciones que puede tener un hombre. Es la familia que se escoge. “Un hermano puede no ser un amigo, pero un amigo será siempre un hermano” (Benjamin Franklin).

Con los amigos (en la extensión de la palabra) lloras, ríes, vives aventuras de todo tipo, creces y maduras. Con ellos eres un libro abierto, eres transparente, a los amigos es imposible ocultarles nuestros sentimientos. Gabriel García Márquez señala: “un verdadero amigo es quien te toma de la mano y te toca el corazón”.

Te brinda los mejores consejos, opiniones, sugerencias pero no trata de imponer su criterio, te da la libertad de escoger. Porque la amistad se sustenta en ello, en la libertad que da la aceptación recíproca. Sirio: “una amistad que termina nunca había comenzado”.

¿Qué es el mundo sin amigos? Se experimentaría la vil de las soledades, el peor de los sin sentidos, la más profunda de las tristezas. El más grande de los vacíos. “Toda la grandeza de este mundo no vale lo que un buen amigo”, afirma Voltaire.

“La única manera de poseer un amigo es serlo” (Emerson), por ello, ¡gracias a todos ustedes! Cada viernes, pienso en cada uno de ustedes, mis amigos.

No hay comentarios: