jueves, 21 de mayo de 2015

La coherencia de vida

Hace algún tiempo dejé de escribir por diversas razones, creo que es buen momento de retomarlo para compartir aquellas reflexiones que me han hecho reflexionar, en muchas ocasiones crecer y madurar o al menos lo intento.
La coherencia de vida implica necesariamente tomar el compromiso que no hemos venido al mundo a satisfacer expectativas ajenas, cumplir roles impuestos, dar gusto a todos o simplemente, vivir por otros. Estamos aquí para ser felices.
El ser feliz implica el aprender a serlo, cada día y en cada momento, debe convertirse en la fuerza vital que nos impulse a dar lo mejor de nosotros mismos, pero lo más importante, a ser felices. Sólo tenemos una oportunidad en la vida, podemos comenzar una y mil veces, abrir nuevos caminos y brechas, no importa si es una o mil veces, pero el secreto es querer intentarlo.
El ser coherente con nosotros mismos conllevará que muchos no quieran estar en nuestras vidas, pero no lo veamos como una pérdida, sino la mejor forma de aligerar el camino, las personas que quieran estar en la barca se sumarán y nos aceptarán y amaran por quien somos, porque el amor y el cariño no se condicionan, se brindan, se donan.
Dentro de la donación, lo más importante es el perdón, porque conlleva una gran fuerza sanadora que libera nuestra alma. Primero debemos perdonarnos para después perdonar, porque luego quedan aristas que quedan en penumbra. Como alguna vez escuché, nuestro peor miedo, se puede convertir en nuestro mejor aliado. Vencer el miedo, permitirá vivir en libertad.
La vida conlleva muchos retos, muchas oportunidades, sólo con afrontar el miedo a superarlas nos damos cuenta que vale la pena vivir, experimentar, gozar. En ocasiones también habrá lágrimas, derrotas, pero ellas nos recuerdan la humildad para seguir aprendiendo para que así algún día tener la satisfacción propia de confesar que he vivido.