jueves, 30 de septiembre de 2010

El taladro de nuestra alma

En entregas anteriores visualizábamos el problema de la falta de sentido en la vida, comprendíamos el misterio que lo envuelve y cerrábamos la colaboración pasada con la importancia de formular preguntas correctas con el fin de llevarnos a respuestas certeras para encontrar el rumbo y la dirección.
Por ello, en esta edición, descubriremos cómo interiorizar esa pregunta, porque mientras más profunda sea, podremos adentrarnos a nuestra alma. Es como si utilizáramos un taladro, dependiendo del trabajo a realizar, se escoge una broca, si queremos introducir un taquete no podemos utilizar una delgada y pequeña, necesitamos una con mayor diámetro y longitud.
El secreto es poder penetrar dentro de nuestra alma, sumergirnos, adentrarnos; pero debemos concientizarnos de lo mucho a escarbar y sanear. Por tanto, ahí descubriremos la pregunta que espera poder salir a la luz.
Para todo ello, es necesario contar con las herramientas necesarias, la metáfora utilizada fue el taladro, pero el principal problema a resolver es cómo superar la incapacidad para descifrar el misterio envuelto en pregunta.
Ya se ha dado un primer paso, reconocer el problema imperante, el sentirse atrapado por la propia vida, derivado de la incapacidad para descifrar el misterio como nos recuerda el P. Cencini.
Ahora, una vez aceptado, porque recordemos, lo que es aceptado es redimido, podemos encontrar la fuerza para ponernos en movimiento a la dirección precisa, buscada y anhelada. Pero ese impulso, debe ser propio, no ajeno, de otra manera corremos el peligro de someternos a los deseos o a la inercia de otros, por el deseo de pertenencia; y aún en ese caso, dentro de nosotros seguirá esa voz clamando nuestra libertad.
Como hemos visto, tomar una decisión es muy complejo, pero una vez hecha, debemos seguirla, ser fieles aún con el costo que implica, porque por cada decisión, también hay una renuncia.
Esa pregunta anidada en nuestra alma, en lo más íntimo, quiere decirnos algo, y debemos estar atentos a lo expresado, señalado o reclamado. Si preguntamos algo, es porque estamos buscando algo más duradero.
Por tanto, es fundamental educar el corazón, concientizarlo de la necesidad de cuestionarse y buscar la dirección para nuestra vida, pero debe hacerse con responsabilidad y lo más importante, con libertad.
El reto, aprender a profundizar y elevar las preguntas que deseamos hacernos, porque encontraremos respuestas a mucho más largo plazo y superaremos los problemas de las proyecciones erróneas. ¿Qué quiero hacer y qué estoy dispuesto a hacer para alcanzar mis metas? En ocasiones, debemos vencer dos miedos a ser felices y a vivir en libertad, lo que permitirá por tanto, emerger aspiraciones más nobles y altas; horizontes más lejanos y humanos, que integre todo lo que soy, el pasado, presente y futuro; el origen y destino, mis raíces y mi vocación. Dice San Agustín, “inquietum est cor nostrum, donec requiescant in te” (nuestro corazón está inquieto hasta que no descanse en ti).
Cuando nos acerquemos a poder plantear las preguntas, estemos muy atentos para que preguntemos realmente qué es lo que se quiere. Esto quiere decir, preguntar lo esencial, lo que en verdad nos va a llevar a nuestra felicidad.

El que se engrandece, será humillado....

miércoles, 29 de septiembre de 2010

“Cuando no haya nadie…”

Hace ya varios años, acompañé a un muy buen amigo a una tienda que está muy cerca de la Iglesia de San Jacinto en San Ángel (D.F.), si mal no recuerdo se llama “María Bonita”. En ella hay cosas muy bonitas, pero me había llamado la atención un cuadro que tenía una leyenda, en pocas palabras me enamoré desde que lo vi, pero lo dejé porque había olvidado mi cartera.
Poco tiempo después, regresé a una tienda que está a la vuelta, regresé a ver si todavía estaba el cuadro, pero ya no estaba. La verdad sí me dio un poco de tristeza, pero pues paciencia y vida interior.
Se acercaba la fecha de mi cumpleaños y me regalaron muchas cosas muy bonitas, me dieron una bolsa muy grande y para mi gratísima sorpresa era una bufanda, no sí era el cuadro. No saben el gusto que me dio recibirlo, por quien me lo obsequió pero también por el mensaje que tiene.
Quería llegar ya a casa para colgarlo y cada vez que no encuentro sentido a muchas cosas lo leo y recuerdo lo que es importante.
Ojalá que les sirva como a mí en todos estos años que está colgado en la pared de mi recámara.
“Cuando no haya nadie, cerca o lejos, yo vengo a ofrecerte mi corazón”

lunes, 27 de septiembre de 2010

¿Qué tal?

Hoy amanecimos con una noticia espectacular, creo que es la mejor nota que he escuchado en mucho tiempo. ¡Ya tenemos embajadora de la ONU para el espacio! Yo que estaba tan preocupado, no teníamos representante ante los organismos extraterrestres. La nueva embajadora es la astrofísica Mazlan Othman de Malasia.
La señora Embajadora será la interlocutora de la Tierra ante un posible encuentro o contacto alienígeno. Creo que en justicia ese cargo debiera de haber sido ocupado por Jaime Maussan.
¿Qué tal? Y yo alarmado por lo que ocurre en el mundo.

domingo, 26 de septiembre de 2010

El peligro de los excesos

Como ya es una tradición, comentamos el Evangelio dominical que corresponde al XXVI Domingo del Tiempo Ordinario (Lc. 16, 19 – 31)
“Jesús dijo a los fariseos: Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino finísimo y cada día hacía espléndidos banquetes. A su puerta, cubierto de llagas, yacía un pobre llamado Lázaro, que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros iban a lamer sus llagas. El pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham.
El rico también murió y fue sepultado. En la morada de los muertos, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él. Entonces exclamó: “Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en el agua y refresque mi lengua, porque estas llamas me atormentan”. “Hijo mío, respondió Abraham, recuerda que has recibido tus bienes en vida y Lázaro, en cambio, recibió males; ahora él encuentra aquí su consuelo, y tú, el tormento. Además, entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo. De manera que los que quieren pasar de aquí hasta allí no pueden hacerlo, y tampoco se puede pasar de allí hasta aquí”. El rico contestó: “Te ruego entonces, padre, que envíes a Lázaro a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos: que él los prevenga, no sea que ellos también caigan en este lugar de tormento”. Abraham respondió: “Tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen”. “No, padre Abraham, insistió el rico. Pero si alguno de los muertos va a verlos, se arrepentirán”. Pero Abraham respondió: “Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco se convencerán””.
Para un discípulo seguir de Jesucristo, la Palabra debe confrontarse con su realidad, de manera que se convierta en un espejo que nos permita vernos a la luz de la verdad que se revela en la Sagrada Escritura.
Seguimos buscando el proyecto de Jesús en nuestras vidas, el texto que estamos meditando nos confronta con una realidad que está inmersa en nosotros, el peligro de los excesos, mismos que expresan un egoísmo muy arraigado.
En el pasaje vemos un vicio que es favorito de muchos, la gula, porque vemos que se está deleitando con un gran banquete, la glotonería en su máxima expresión. A los pies de la mesa, está Lázaro que buscaba saciarse con lo que caía al piso, con las sobras.
Las dos situaciones se nos hacen familiares, porque por un lado, estamos abusando de algo que sabemos no nos llevará a algo bueno, pero por otro lado, también estamos hambrientos y sedientos de un sentido en nuestras vidas, estamos necesitados de una infinidad de cosas.
El egoísmo no nos permite salir de nosotros mismos para ir al encuentro del otro, del necesitado, no significa solamente de bienes materiales, puede ser de afecto, de escucha, de una caricia en fin. Pero no somos capaces de asomarnos de nuestra mesa y ver alrededor a esa persona menesterosa.
Llega el día del juicio, cada uno de los personajes recibe justicia. Lo que no hiciste en vida, no quieras hacerlo en la muerte como el rico. Entre los dos se separaba un abismo imposibilitando el acercamiento ni de un lado, ni de otro.
Cuántos abismos están en nuestra vida que impiden acercarnos al encuentro con el otro. ¿Qué esperamos para tender los puentes y lograr esa comunicación? El correcto uso de los bienes permite comenzar esos puentes, porque de esa manera estamos abiertos a los demás, si abusamos, corremos el grave peligro de perdernos y no encontrar la verdad.

sábado, 25 de septiembre de 2010

¿Qué quiero hacer yo en mi vida?

En entregas anteriores, comenzaba a tratar de una forma sencilla el problema existente en nuestros días que es la falta de sentido, fruto del nulo conocimiento que se tiene sobre la propia persona. No hay un verdadero conocimiento sobre sí. Ello genera crisis, ansiedad, desesperación, pero lo más importante, se pierde la capacidad de decisión sobre lo que uno quiere en su propia vida.
¿Qué quiero hacer yo en mi vida? Es una pregunta fundamental que surge cuando precisamente se comienza a cuestionarse, a interrogarse, pero con un propósito objetivo que es realmente confrontarse para salir de la parálisis de la que se puede ser víctima.
Una premisa es aceptar, la “vida es un misterio”, como dice el P. Cencini, lo que va a permitir ser libres es la forma en la cual hagamos la aproximación a lo que él llama el “misterio” de nuestra vida. Hay dos posibles vías, una destructiva e inmóvil o por el otro lado, una constructiva y dinámica, que permita avanzar e ir en busca de lo que verdaderamente queremos y anhelamos.
Es cierto por otro lado, ese misterio genera dudas y con ello conclusiones incorrectas. En el mundo, todo quiere atenderse con silogismos, con premisas que nos llevan a un pensamiento deductivo que generalmente lleva a aspectos incorrectos sobre nuestra persona, porque por esos silogismos afirman que el presente es una realidad de determinada manera, por lo tanto, el futuro será de la misma manera porque lo obtuve por una deducción. Seguimos enfrascados en el mismo punto de partida, ¿quién soy y qué quiero? El presente, no significa lo que voy a hacer, al menos no lo determina.
En estos casos qué hacer, lo primero es reconocer, se necesita de ayuda para encontrar el camino para avanzar sobre el misterio de nuestra propia vida, esto quiere decir, aprender a vivir con sencillez y docilidad a lo que estoy experimentando, es asumir la realidad presente en la que estoy y comenzar desde ahí. Si aprendo esto, encuentro la verdadera humildad de reconocer que no lo puedo todo sólo y necesito guía para escuchar mi voz interior y el llamado para seguir mi vocación en esta vida.
Cuando se dan estos pasos de reconocimiento sobre la propia falta de conocimiento sobre sí, puede comprender mejor los elementos que le rodean para así ir encontrando las piezas en el rompecabezas de su vida y existencia. Inclusive en el aspecto profesional, se puede comenzar con los aspectos de las preferencias y capacidades, para así llegar a un pensamiento crítico y poder buscar la verdad de la voz interior.
Si vamos por ese camino, comprenderemos que la duda no es mala si tiene buen cause. La duda permite emerger las ficciones y verdades parciales de nuestra vida para de esa manera, encontrar la verdad.
Es curioso pero mientras más dudas tengamos sobre ciertas decisiones que debemos tomar, será la mejor opción elegida, ello porque nos exige mayor análisis y confrontación de la propia decisión. Por otro lado, cuando no hay dudas, es signo inequívoco de problemas. Hay un dicho popular, lo que bien vale la pena, cuesta mucho trabajo. La vida del hombre será por tanto una constante lucha, dice el libro de Job. El temple del hombre se prueba en las más duras y arduas dificultades.
Otra premisa, del P. Amadeo Cencini es, si la vida es un misterio, también el misterio es vida. Ello nos invita a entrar el diálogo con la parte más íntima de nuestro ser, porque encontraremos a lo largo de nuestra vida en todas sus etapas van apareciendo diversos signos que nos han marcado, nos han indicado el camino y muchas veces, han denotado cierta insatisfacción o frustración. Pero eso nos hizo y nos configuró, esa es nuestra historia personal.
Si analizamos esa historia, nos daremos cuenta que ese misterio ha estado presente, en muchas ocasiones más visible y palpable que en otras, pero ahí de la reconciliación y aceptación de ello es que encontramos la ecuanimidad o la tensión. La apertura del hombre será determinante para apreciar los trascendentales del ser, es decir, lo verdadero, lo bueno, bello; pero también a la realidad de nuestros límites temporales y espaciales.
Nuestro desarrollo como personas, es único, porque es personal, hace que nos llenemos de la pregunta, del cómo, por ejemplo, del cómo he llegado hasta aquí, cómo caí tan bajo, cómo le hago, en fin. Pero lo más importante, es la comprensión del misterio, mismo que está dentro de nosotros, San Agustín decía, “noli foras ire, in teipsum reddi; in interiore homine habitat veritas” (no vayas fuera, entra en ti mismo, en el hombre habita la verdad). En esa historia es donde se localiza quiénes somos.
Esa es una primera aproximación, pero lo que en verdad cuesta trabajo, es formularse preguntas acertadas para descubrir en mi interior quién soy. En lo personal, me propuse la pregunta con la que titulo esta colaboración, y otra que hago es si estoy dispuesto a luchar por ello. Este método conocido como mayéutica permite a partir de preguntas encontrar respuestas certeras, pero en muchas ocasiones, encontramos mucho más sencillo responder que cuestionar.
En otra entrega seguiremos con la importancia de las preguntas en nuestra vida, para dar así lugar a La pregunta.

jueves, 23 de septiembre de 2010

“Poco a poco vendrá todo”

Esa fue la respuesta que un gran hombre le dio a una joven que le preguntaba si su visión mejoraría. Pues acababa de recibir un milagro de sus manos, una ciega de nacimiento de 27 años, mismos, que había vivido en tiniebla. Justo eso, fue lo primero que contempló en su vida, las manos cubiertas por guantes de aquél hombre.
Poco a poco vendrá todo, así fue su vida, que Dios fue guiando cual pincel que realiza la más extraordinaria de las obras. Un hombre sencillo, de gran temple, de una gran fe, pero sobre todo de una gran paz que proviene del sentirse escogido, llamado, tocado.
Él sólo se definía a sí mismo como “un humilde fraile que ora”. Pero su oración era transformadora, porque es fruto de quien reza con humildad frente a su Señor.
“Reza, ten fe y no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y escuchará tu oración... La oración es la mejor arma que tenemos; es la llave al corazón de Dios. Debes hablarle a Jesús, no solo con tus labios sino con tu corazón. En realidad, en algunas ocasiones debes hablarle sólo con el corazón...”.
Ahí radica su grandeza, en la humildad en el entender que la santidad es hacer las cosas sencillas de forma extraordinaria y por amor. El hablarle a Jesús con el corazón, desde lo más profundo. Hizo muchos milagros, entre ellos tenía el don de la bilocación, el conocer lo más íntimo de las conciencias (discernimiento extraordinario) por lo que era un gran confesor, profecía, curación, entre otros.
Este hombre, predicaba con gran audacia, su vida era una constante oración y enseñanza, una historia que contaba:
“Una vez entró de monje un joven juglar que no conseguía cantar los salmos ni rezar las oraciones con los hermanos, pero en cuanto el coro quedaba vacío, se acercaba a la estatua de la Santísima Virgen y le hacía piruetas para congraciarse con ella y con el Niño Jesús. Una vez lo vio el fraile sacristán y avisó al Abad. Este después de haberlo observado un rato, se maravilló de ver que la estatua de la Virgen tomó vida. María sonreía y el Niño Jesús aplaudía con sus manitas. Cada uno de nosotros, decía el Padre, hace de bufón en el puesto que Dios le ha asignado. El fraile más ignorante, ofrecía a la Reina del Cielo lo único que sabía hacer, y Ella lo aceptaba con gusto”.
Francisco Forgione fue beatificado y canonizado por Juan Pablo II, en la primera ceremonia concluía su mensaje con estas palabras:
“Quisiera concluir con las palabras del Evangelio proclamado en esta misa: "No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios". Esa exhortación de Cristo la recogió el nuevo beato, que solía repetir: "Abandonaos plenamente en el Corazón Divino de Cristo, como un niño en los brazos de su madre". Que esta invitación penetre también en nuestro espíritu como fuente de paz, de serenidad y de alegría. ¿Por qué tener miedo, si Cristo es para nosotros el camino, la verdad, y la vida? ¿Por qué no fiarse de Dios que es Padre, nuestro Padre?
"Santa María de las gracias", a la que el humilde capuchino de Pietrelcina invocó con constante y tierna devoción, nos ayude a tener los ojos fijos en Dios. Que ella nos lleve de la mano y nos impulse a buscar con tesón la caridad sobrenatural que brota del Costado Abierto del Crucificado”.

¡Santo Padre Pío, intercede por nosotros!

Y dicen que 10 años no es nada…

Hace 10 años recibí el Ministerio Extraordinario de la Sagrada Comunión, han sido años de muchas bendiciones y frutos, de muchas gracias, pero también de muchas pruebas. 10 años de aprendizaje, de madurez, pero en especial de servicio.
Son muchas las anécdotas que les pudiera participar de estos años, como la alegría de llevar a Cristo a los hermanos que se encontraban en hospital, que durante los primeros seis años nos encontrábamos cada sábado o domingo. La esperanza con la cual recibían a Jesús Eucaristía y se sentían reconfortados en medio de las dificultades. Enfermos terminales, mismos que me daban un testimonio de entereza y gratitud a Dios por su vida, recordándome cuando pudiese dudar, la obra no está terminada.
O cuando me encontré con un matrimonio joven, que acababa de nacer su pequeña hija (12 de diciembre de 2001) y pedían por un Bautismo de emergencia, porque era prematura. No pudimos localizar a un sacerdote o diácono y lo tuve que hacer. La pequeña me cabía en la palma de la mano, mientras realizaba el rito, los papás se confortaban uno a otro, dando gracias a Dios que su hija Guadalupe recibía el Bautismo. Me retiré de la zona de incubadoras con la bata puesta y que quité mi cruz, con la extraña sensación que todo iba a estar bien. Al año siguiente, me encontré a la familia que llevaban a su pequeña Lupita a que la revisara el pediatra, milagrosamente superó las adversidades y se ganó un lugar en la tierra.
Momentos y circunstancias que definen el rumbo de las personas, mis amigos me pidieron en varias ocasiones que visitara a sus papás o abuelitos, para llevarles la Comunión, en muchos casos, fue la última vez que recibirían al Señor de forma sacramental, en otros se daba el comienzo de su recuperación.
Los pasados cuatro años, con un giro radical, dedicado a aprender Liturgia para ser Ceremoniero, pero con tantas experiencias y alegrías. Ya no iría a hospitales ni a casas, pero serviría de otra manera.
Podría definir estos años con la alegría de aquel que se siente llamado e invitado, que tiene la experiencia de un Cristo vivo, que se torna indefenso, pues quiso requerir de hombres para su misión. Es participar como los discípulos de la felicidad del sígueme.
Como siempre lo menciono una vez que celebro Liturgias de la Palabra con Comunión o cuando iba a los hospitales y casas, muchas gracias por creer en el misterio de Cristo que pasa por mis manos.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

¿A dónde vamos?

La juventud actual enfrenta una severa crisis de identidad, porque en la mayoría de los casos, no sabe quién es. Esa lucha por asumir su rol en la vida, su vocación le genera una gran confusión. El sinsentido, es reflejo de un severo conflicto espiritual. Quién soy y a dónde voy, son las preguntas que resuenan al interior de sus corazones y mentes.
Del análisis profundo de la sociedad, varios autores entre ellos Amedeo Cencini brindan a grandes rasgos el origen de estos problemas.
El primer punto, la comodidad en la que se encuentran los jóvenes y en algunos casos los adolecentes tardíos, siguiendo como máxima, si no está roto, para qué moverlo. Experimento mi nivel de confort y me siento confortable, no necesito mudarme ni realizar grandes cambios, como estoy, estoy bien. Eso es el fundamento de la cultura del menor es esfuerzo.
El segundo punto, es cierto, que le agrada ser el centro de atención, desempeñarse en los más altos círculos y considerarse como líder. Pero también, le agrada vivir lo mejor posible en este momento, sin sembrar para el futuro.
Lo anterior se deduce porque hoy el joven no sabe quién es. Es por ello que se necesita un gran trabajo por lograr que se responda a esa interrogante, que sólo puede darse de forma personal.
El no encontrarse origina que no se puedan tomar decisiones trascendentes en sus vidas, que no sea capaz de descubrir su vocación, menos aún, entablar relaciones duraderas de cualquier tipo.

Es una parálisis la que se enfrenta y está atrapado frente a su propia realidad. Surge por tanto el miedo y la parálisis, porque no sabe qué camino debe seguir aún  cuando en su mente y corazón desea hacerlo.
Víctima de la esclavitud de aquél que no es dueño de sí, no sabe lo que es vivir en libertad, que sólo la da con ese señorío.
El primer paso para avanzar y salir de ese estado, es reconocerlo, el buscar ayuda cualificada para poder entablar un plan de acción y así comenzar a tomar las riendas de su propio destino. No quiero engañar, es un proceso dolorosísimo, porque es enfrentar la miseria y el comprender que tiene que aprender a ser feliz y por tanto a vivir. Dejar de ser títere de los que pretenden vivir por él. Cuando comienza a descubrir que la felicidad depende del poder de sus decisiones, toma más conciencia que es persona y que se aprende conforme a la marcha a ser libre.
El segundo paso, es forjar la voluntad, que permita templar el carácter para sustentar la decisión que se tome. Un hombre sin voluntad es esclavo de sus pasiones, convirtiéndose en veleta que se mueve dependiendo de dónde soplen los vientos. Qué peligroso es “vivir” de esa manera.
En siguientes colaboraciones, seguiremos abordando el tema que es de especial interés en nuestros días.

¡Goya, goya,…!


Hoy la Universidad Nacional Autónoma de México cumple sus primeros 100 años, aunque tiene sus raíces en la Real y Pontificia Universidad de México. La Máxima Casa de Estudios es un espacio de reflexión, de diálogo, de estudio, de encuentro, de expresión, investigación, es en pocas palabras, génesis de gran parte del conocimiento de nuestro país.
Dentro de sus aulas se discuten, analizan y debaten los principales temas de interés para la Nación. Protagonista de grandes movimientos sociales, culturales y deportivos. Generadora de grandes cambios generacionales.
Cuenta con uno de los campus catalogados como “patrimonio de la humanidad”, declarado en 2007 por la UNESCO, con una de las mejores salas de concierto, Netzahualcóyotl. La extensión de la universidad es más grande que el Vaticano, Mónaco o Tuvalu.
Alma Mater de mexicanos ilustres como Octavio Paz, (Nobel de Literatura y Cervantes), Alfonso García Reyes (Nobel de la Paz), Mario Molina (Nobel de Química), Ana María Cetto (perteneciente a asociaciones que recibieron el Nobel), José López Portillo (ex presidente de México y ganador del premio Príncipe de Asturias), Carlos Fuentes (premio Príncipe de Asturias), José Emilio Pacheco (premio Príncipe de Asturias), entre muchos otros.
Defensora de su lema, “por mi raza hablará el espíritu”, que afirma su vocación humanista, frase pronunciada por José Vasconcelos al asumir la rectoría en 1920.
El México contemporáneo, no se entiende sin su principal casa de estudios. Aún sin tener el honor de ser egresado de la UNAM, fui formado por grandes hombres que sí lo son, es por ello que indirectamente soy un orgulloso egresado de la UNAM, que hoy le rinde un sencillo homenaje a la Universidad Nacional Autónoma de México.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Uff, lo importante de agradecer

En nuestro vocabulario existe una locución mágica, que muchas veces no la empleamos, que la han querido dejar en desuso. Es tan poderosa que hace la diferencia entre una persona grata e ingrata. Esa palabra es gracias.
Es tan sencillo transformar la vida de los que nos rodean con sólo agradecer desde las pequeñas hasta las más grandes cosas, los detalles que hacen más ligera y agradable nuestra existencia.
Si hemos mencionado que somos producto de la causalidad, lo propio del ser humano es ser agradecido, porque reconoce que la persona que es. Lo que somos, es fruto del esmero, del cuidado, de la atención, de las pruebas que nos forjaron.
Gracias, gracias, gracias a todos y por todo. Es imposible cansarse de agradecer por todo lo que ocurre en nuestras vidas.

La realidad en Veracruz

Rapé, nos presenta la realidad de Veracruz...

domingo, 19 de septiembre de 2010

Ni a uno, ni a otro

En esta semana, corresponde el Evangelio del XXV Domingo Ordinario (Lc 16, 1 – 13).
"Jesús decía a los discípulos: Había un hombre rico que tenía un administrador, al cual acusaron de malgastar sus bienes. Lo llamó y le dijo: "¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no ocuparás más ese puesto".
El administrador pensó entonces: "¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza. ¡Ya sé lo que voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban en su casa!" Llamó uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero: "¿Cuánto debes a mi señor?" "Veinte barriles de aceite", le respondió. El administrador le dijo: "Toma tu recibo, siéntate en seguida, y anota diez". Después preguntó a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?" "Cuatrocientos quintales de trigo", le respondió. El administrador le dijo: "Toma tu recibo y anota trescientos". Y el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente. Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la luz.
Pero Yo les digo: Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que éste les falte, ellos los reciban en las moradas eternas. El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes? Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero".
Jesús en su didáctica para explicar su mensaje y su proyecto, nos da cuenta de otra parábola, lo hace de esa forma para poder comprender mejor, nos habla en nuestro lenguaje, pues el hombre es visual.
Es por ello que nos presenta, esta parábola del administrador sagaz, que conociendo que ha errado en su gestión busca la forma de anticiparse a lo que hará cuando sea despedido.
El punto medular es el por qué no lo hizo de esa manera cuando se le había dado esa encomienda. Por qué esperar al reclamo, al regaño y a la sanción. Las cosas que no hacemos auto motivados, consientes, deseosos no funciona. Cada uno tiene su tiempo, pero lo que se esté realizando, se debe hacer en el aquí el ahora.
La habilidad del administrador, permite que su patrón admire sus cualidades, la destreza en la que recuperó aquello que le era propio. Por eso dice que los hijos del mundo son más hábiles que los de la luz. Eso es un llamado para servir al Reino de Dios con todas nuestras capacidades desde la primera vez, ganar adeptos por nuestro testimonio.
Es por ello, que se renueva el llamado al correcto uso de los bienes, que sean un medio y no un fin. En esta sociedad en donde se llama exitoso a aquél que tiene dinero, corremos el grave peligro de no amar al Dios de Jesús sobre todas las cosas y privilegiar al dios dinero, poder, en fin, aquí pónganle el nombre que quieran.
El proyecto de Jesús no corresponde con utilizar de forma irresponsable los bienes. Por el contrario, el ponerlos al servicio de los demás, que pueda imperar la solidaridad, subsidiariedad, la verdadera caridad. En donde se pueda donar más que el dinero, sino la persona en sí.
El proyecto de Jesús hace un llamado a vivir en la verdadera y perfecta caridad. Los pequeños detalles, por eso es la insistencia de la fidelidad a las pequeñas cosas que eso hará que se pueda ser fiel en las cosas grandes.
No se puede servir a dos señores, ni a Dios o a uno mismo. En donde está tu tesoro está tu corazón. El discípulo de Jesús comprende la importancia de la donación, porque en ello encuentra la felicidad de aquél que da todo por Cristo, y sabe que recibirá el ciento por uno. Madre Teresa decía, dar hasta que duela.
Ni uno, ni otro, sin decisión, la vida no puede avanzar. La opción depende de la profundidad del encuentro con Jesucristo y se sustenta en nuestra libertad.

25 años del despertar de México

Septiembre 19 de 1985, 7:19 horas, la Ciudad de México comenzaba a despertar para entrar en una terrible pesadilla. Un sismo de 8.1° en la escala de Richter sacudió al Distrito Federal, dos minutos fueron suficientes para causar el caos y los más grandes destrozos de los que se tenga memoria en esta Ciudad. Se habla que las víctimas fueron entre 6,000 y 7,000 personas y un sinnúmero de daños.
Es difícil que las personas, con uso de razón,  no recuerden el lugar preciso donde se encontraban ese día y a esa hora. Muchas de ellas, tienen trágicos recuerdos, porque perderían seres queridos, en el menor de los casos sus patrimonios; otras tienen recuerdos milagrosos porque dentro de los escombros encontraron a sus familiares y amigos.
Lo que se contemplaba posteriormente al terremoto, fue similar como si la Ciudad de México hubiese sido bombardeada. Los gritos de desesperación, las ambulancias, los teléfonos desconectados, la televisión (Televisa) fuera del aire. Privaba la desinformación, la desolación y la inquietud.
Se acercan los primeros héroes anónimos para rescatar a los que más pudiesen, la sociedad civil despertaba ante la incompetencia del Gobierno que se vio superada por la crisis y la indecisión del presidente Miguel de la Madrid.
Por primera vez, se habla de que en México existe la sociedad civil, que se puede organizar y que es capaz de transformar la peor de las realidades. En 1985 lo demostró, no sólo a ella misma, sino al mundo. Escenas de entrega y generosidad eran lo común, perfectos extraños, ayudándose entre sí.
México despertó a raíz de esa desgracia, fue un parte aguas en la historia, es una fecha agridulce, por la desgracia que representó en vidas humanas, pero es motivo de esperanza porque los mexicanos nos demostramos que unidos podemos vencer a la peor de las adversidades y México se levantó dentro de los escombros para decir, aquí estamos y estamos en la lucha.
Recordemos a los que se fueron, honremos a los héroes que lucharon a cada instante para que otros vivieran.

sábado, 18 de septiembre de 2010

El hombre se debe a la familia

La Antropología Filosófica recuerda que el primer grupo de pertenencia al que se circunscribe un hombre es la familia. A ella pertenece de forma natural, de ello también depende el siguiente paso de la madurez que es la incorporación del hombre al próximo estrato, la sociedad.
Es así que el núcleo familiar se transforma en la primera escuela de aprendizaje y desarrollo. Es donde se siembran y cosechan los valores, los ideales y las convicciones. Es ahí también, donde se establece un factor fundamental para los hombres, el encuentro. El encuentro con los demás que parte de la experiencia del contacto personal. Comenzaremos una serie que mencione esos principales aspectos que deben reinar en la familia.
En una familia se debe privilegiar ese contacto, ese encuentro para así tender a la plenitud. Ahora bien, no es culpa del seno familiar que no exista ese dialogo personal, muchas veces es fruto de un bache, de un estancamiento o situaciones no ocupadas, pues recordemos que aquello que no es asumido, no es redimido.
Por ello, dentro de la familia deben encontrase actitudes o ejes fundamentales para poder privilegiar en diálogo y el encuentro. Un primer aspecto es que se debe aprender a vivir en libertad.
Dice un dicho, cada uno, es cada uno, por ese principio se debe buscar vivir en la libertad de maniobra que sólo se consigue en la familia. Es el primer nicho, nuestro espacio vital donde nos sentimos seguros, acogidos, respetados, valorados, aceptados y amados. Eso no implica que no se busque el bienestar de los seres queridos, que muchas veces por el mismo amor, demanda la verdad.
La segunda arista es justo esa, la verdad. Sólo si se vive en la libertad es que se tiene el entorno privilegiado para que la verdad fluya, para que el ambiente permita un diálogo franco y sincero.
La verdad viene acompañada de una virtud que se ha tergiversado su verdadera dimensión, que es la humildad. Dice Madre Teresa, que la humildad es la verdad, eso quiere decir que es lo que es. La humildad no es en sentido materia, sino de espíritu. Una alma humilde siempre es bien recibida, se busca su cercanía, su consejo, su compañía, le es grato a todo el mundo porque proyecta paz y justo esa mansedumbre de su espíritu.
En la familia es vital porque la humildad privilegia el diálogo, no confronta, busca acuerdos, aprende de los demás, escucha. No impone su criterio, ni se atreve a juzgar, ni a emitir juicios temerarios.
Qué importante es valorar la dimensión de la familia con eje, núcleo y centro de la sociedad. Hoy quieren atacar esa estructura, columna vertebral de la sociedad, buscando terminar con ella. Siendo que el hombre se debe a la familia.
En esta semana, tenemos grandes tareas para defender nuestra familia practicando estas pequeñas aristas para una familia unida e integrada, el encuentro, la libertad y la humildad.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Un día como hoy…

Una de las ciudades más bonitas de los Estados Unidos se fundaba en 1630, Boston. Boston se convirtió en la sede de grandes universidades como Harvard, la Tufts, el M.I.T., entre otras. Además de grandes manifestaciones artísticas y culinarias es cuna de grandes celebridades, entre ellas, el clan Kennedy. Pero ha cobrado un especial interés para su servidor.


En 1964, el Presidente de México, Lic. Adolfo López Mateos, inauguraba uno de los museos más importantes de nuestro país y el mundo, el Museo Nacional de Antropología e Historia. Baluarte del legado arqueológico de los pueblos prehispánicos previos a la Conquista.
Una obra del Arq. Pedro Ramírez Vázquez, diseñado en 1963, cuenta con 23 salas de exposición permanente, una de exposiciones temporales, dos auditorios y también la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.


¿Tony Blair´s biography?


Hace unos días estrenaron en cartelera una película extraordinaria dirigida por Roman Polanski, “The ghost rider” o el “escritor fantasma”. Misma que reúne a un gran elenco estelarizado por Ewan McGregor, Pierce Brosnan, Olivia Williams.
La cinta versa sobre un escritor (Ewan McGregor) que es contratado para reescribir las memorias de un político, que fuera Primer Ministro del Reino Unido, Adam Lang (Pierce Brosnan).
Emmett (McGregor) creerá que es un gran proyecto, pero en medida que se va involucrando con el mismo, descubrirá una red de engaño y de mentira que es mayor de lo que podría creer o imaginar.
Muchos críticos que han visto la película, afirman que el personaje fue inspirado en Tony Blair, por las similitudes con las características de los sucesos que se desarrollaron como la Guerra contra el Terrorismo, la relación tan cercana y estrecha con los Estados Unidos; entre muchas otras que se apreciarán durante la proyección.

jueves, 16 de septiembre de 2010

En busca de la paz interior (II)

En una publicación anterior, mencionaba la importancia de buscar la paz interior, comentaba que debe ser como señalaba San Benito, un “ars spiritualis”, porque es un ejercicio constante de nuestra voluntad. En ese sentido es el camino para educar la voluntad, ejercitarla con elementos que la inteligencia me presenta como verdaderos y nobles.


Otra forma de llamar a la paz interior, es la ecuanimidad, que es estar en sintonía, es lo que coloquialmente se conoce como “estar ubicados”. Entonces UBICATE, en el momento en que estás, por la situación por la que estás atravesando, por lo que estás sintiendo y experimentando, pero también de cómo y cuál es la reacción con la que quieres responder.
La paz interior es romper la Tercera Ley de Newton que señala, a toda acción hay una reacción de la misma magnitud pero en diferente sentido. Es decir, debo aprovechar los estímulos exteriores para convertirlos en fuerza vital que me ayude a crecer, madurar, si recibo agresión no debo contestar con esa misma actitud. Puedo confrontar el deseo de venganza, de reparación y transformarlo para vislumbrar que la rabia contenida en otra persona no tiene influencia en mí.
Disfruto cuando hago ejercicio en un bosque cercano, el poder correr en la pista de arcilla que hay ahí. Es un circuito que tiene una subida que dependiendo del lado en que se recorra es más o menos pesada, en especial si vas trotando. Cuando inicio mi rutina, doy la vuelta caminado a un paso que me permita calentar, sin perder el ritmo de la respiración y eso te permite ubicarte en lo que estás, como señalaba arriba, voy integrando el medio ambiente y también me hago parte de él. Cuando culmino esa vuelta y regreso al punto cero, troto, para completar otra ronda.
Nuestra vida es así, caminamos, trotamos, corremos, pero no nos detenemos, también en ocasiones, llegamos a ese punto cero y nos damos cuenta que estamos como al principio. Pero eso no es así, por más conocido que sea la ruta, nunca será la misma. Heráclito señalaba que nadie puede bañarse dos veces en el mismo río. Aún con que parece similar no es el mismo. Inclusive los errores jamás podrán ser los mismos.
También, un factor fundamental para la carrera de nuestra vida es el ritmo. Por eso concluimos que es indispensable apoderarme de mi tiempo y con ello de la cadencia que le brinde.
Soy libre del paso que tome cuando estoy trotando, puedo apretar o aflojar, otros corredores me podrán pasar de largo, yo rebasaré a otros, pero yo llevo mi ritmo. La vida se torna en una carrera contra el tiempo, lo que hace que perdamos el señorío de nuestra propia vida. En la época monacal, una de las grandes prácticas era el aprender a convivir con el tiempo, eso significaba estar presentes, aquí y ahora. El hacerlo, implicará el ser feliz, porque estoy en lo que tengo que hacer ahora.
Cuentan la anécdota de un gran santo, que era un religioso. En un ejercicio, preguntan qué harían si supieran si se iba a acabar el mundo en este momento. Las respuestas fueron tan variadas como personas cuestionaban, su concordancia eran desesperadas, tristes, desoladoras. Cuando es el turno de este hombre dijo que nada, que seguiría realizando lo que le correspondiera en ese momento, pues sabía que estaba en lo que tenía que estar.
Ser responsable de mi tiempo me da la libertad para hacer cualquier actividad que tenga que realizar en ese momento, para trabajar, estudiar, aprender, deporte, jugar, divertirme, en fin; porque lo haré en conciencia que no hay otra cosa que deba estar realizando, estoy aquí y ahora.
Si aprendo este arte del tiempo, encontraré un espacio privilegiado para estar conmigo mismo, en donde me procuro, me atiendo, me escucho, dialogo y al final me encuentro.
Anselm Grün, tiene una frase que explica ello: “todo a la vez, todo enseguida y en cualquier momento”. El presente es un instante, pero ese segundo efímero es todo, hay una infinidad de cosas que suceden, que se concatenan. Un segundo es la diferencia, de ello, les puede dar cuenta los corredores de 100 metros planos, lo que significa bajar un segundo a su tiempo de trayecto.
La paz interior surge cuando asumimos ese señorío y dominio de nuestro tiempo.

Y el cielo guardó silencio…

Un pequeño compartir sobre la vida de Anna María Kaikilía Sofía Kalogeropoúlou, mejor conocida como Maria Callas.


Madame Callas, una de las más grandes sopranos de la historia, conquistó a los públicos más exigentes, logrando que se rindieran a sus pies; alcanzando de las más altas tesituras vocales para soprano que se tengan registradas, estremeciendo a todo aquél que la escuchara.
La vida de Maria Callas fue digna de una trama operística, wagneriana, todo un drama desde su nacimiento, su instrucción por parte de Madame de Hidalgo, sus vivencias en la Segunda Guerra, su vida amorosa y el ocaso de su carrera, siendo su último concierto el 11 de noviembre de 1977 en Sapporo, Japón; ese día quedaría marcado como la última vez que Madame Callas, la Divina, pisara un escenario.
Sus grandes interpretaciones incluyen, Norma, La Traviata, Tosca, Lucia di Lammermoor, Aida, Medea, Turandot, La Sonámbula entre otras.
El 16 de septiembre de 1977, en su departamento de la Avenue George Mandel número 36 (muy cerca del Arco del Triunfo), en París, la gran diva veía por última vez la luz poco después de tomar el desayuno y fue así que el cielo guardó silencio.

¡Gracias!

Como ya es una tradición, las Fuerzas Armadas de nuestro país desfilaron por el Primer Cuadro, las principales avenidas y el cielo de la Ciudad de México, con motivo del Bicentenario de la Independencia. Lo hicieron con la gala y gallardía características de nuestro ejército. En esta ocasión se contó con la presencia de delegaciones militares de países amigos, destacando la participación de China y Rusia por su marcialidad.
Es un gran gusto poder estar en contacto con nuestro Ejército, Armada y Fuerza Aérea, pues son garantes de nuestra soberanía y son los primeros que acuden en situaciones de desastre, de peligro, de alerta de acuerdo con su característica principal, es un ejército de paz.
Todos los mexicanos estamos agradecidos con su labor, con su testimonio de entrega y con su compromiso de fidelidad al pueblo de México. México se siente seguro por contar con sus Fuerzas Armadas, que también aseguran las Instituciones de la Nación.
No existiría un homenaje suficiente para agradecer su labor, parte fundamental de la historia se escribió con la sangre de los héroes que fue derramada en las diversas batallas y guerras, pero más profundamente, con el honor y lealtad de sus miembros.
Es imposible comprender el México de hoy sin sus Fuerzas Armadas, es por ello, que en el marco del Bicentenario, en honor a la justicia hay que dales las gracias.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

México merece ir a más

México celebra 200 años de ser independiente, hay muchas cosas que hay que festejar, la búsqueda de un nuevo sistema de gobierno, pero también, la toma de conciencia de un nuevo pueblo que pugnaba por su derecho a determinarse, pero también luchaba por la igualdad de todos los seres humanos sin importar su linaje o procedencia.

Nuestro país ha tardado muchos años para formarse y conformarse. Hechos significativos marcaron el destino y rumbo de la Nación. Hombres y mujeres ilustres, grandes pensadores e ideólogos han encabezado gestas y movimientos sociales y políticos, en una frase, hombres de Estado.
Esos hombres destacados, defendieron grandes ideales, quisieron trascender pero no para sí, sino por un proyecto de Nación, un concepto más alto u noble que cualquier hombre.
También es un festejo por los antepasados que dieron pauta al México moderno, de diversas costumbres, tradiciones que se fusionaron con elementos virreinales que fraguaron los postulados insurgentes.
Una vez que surgió la nueva Nación, fueron madurando las corrientes políticas, nuevos movimientos, entre liberales y conservadores, nuevas leyes, creación y modificación de Constituciones.
En pocas palabras, 200 años de historia que hoy, algunos sectores quieren opacar por su incompetencia, frivolidad y cinismo. Esta generación de políticos ha dejado mucho que desear, se desperdició una gran oportunidad para hacer un autoanálisis y autocrítica sobre el destino al que México está llamado. Hoy más que nunca tiene sed de grandeza.
México se merece más, necesita el trabajo arduo de todos y cada uno, pero no por demagogia, basta con hacer lo que a cada quien le corresponde.
México se merece más para que ocupe el lugar privilegiado que le corresponde. Sólo así, México podrá decir, ¡viva México!

Pero si nunca estuvo

He de confesar que soy admirador del “gran mimo de México”, de Mario Moreno Cantinflas. Soy su incondicional por muchos aspectos, pero creo que por el que más, es por su capacidad de enredar y desenredar las cosas con el lenguaje. Haciendo gala de ello, en Su Excelencia, cuando presenta al personal que trabaja en la embajada al Presidente de Pepeslavia, hace lo propio con el general León Balarrasa.

Lo que rescato es cuando menciona, “el Señor General, Don León Balarrasa, héroe de mil batallas. Donde nunca estuvo”. ¿Por qué lo menciono? Porque hoy nos topamos con la noticia sobre la renuncia Cecilia Romero, la comisionada del Instituto Nacional de Migración.
Pero bueno, sólo quiero dejar esa pregunta, a qué renunció si como León Balarrasa, héroe de mil batallas, en las que nunca estuvo.

lunes, 13 de septiembre de 2010

¿Dónde está el Jefe Diego?

Esa es una de las preguntas de este año, así como, ¿quién no tendió la cama? ¿Dónde está Ken? ¿Cuánto va a costar el bicentenario y el centenario? ¿Qué hace Calderón en las tardes? ¿Qué chela es la que tiene más alcohol? En fin.

En agosto se cumplieron 100 días del secuestro de Diego Fernández de Ceballos y no tenemos un indicio de qué fue su suerte. Lo que es de alarmar es que este modus operandi ya es conocido por las víctimas de los autonombrados “Misteriosos desaparecedores”.

Es una organización atípica, opera como verdaderos profesionales, a envidia de las corporaciones policiacas, cuenta con un sistema de inteligencia, una gran estrategia y logística. Más aún, maniobra a nivel internacional.

Sólo por ejemplificar, ¿cómo sabían que Diego llevaba un chip de localización? Pero ahí no queda la cosa, ¿cómo sabían en qué parte del cuerpo lo portaba? ¿Desde cuándo estaban tras los pasos del Jefe? ¿Cuánto tiempo les llevó rastrear sus costumbres y hábitos? ¿Cómo lo sacaron del rancho? Otra práctica común, a sus víctimas quieren “quebrarlas” haciéndolas creer que la familia y amigos no quieren pagar el rescate, que están solas. Los rescates deben ser entregados en lugares fuera de México, mostrando su poderío.

¿A qué nos estamos enfrentando como ciudadanos mexicanos? Hemos escuchado muchas opiniones sobre la desaparición del ex – senador, unas muy inhumanas que hasta festejan el plagio, mismas que tendría que afirmarse que es una experiencia que no se le desea ni a los peores enemigos.

Ojalá que en un futuro no muy lejano, sean puestas en libertad todas las personas que están secuestradas, que puedan reunirse con sus seres queridos y que puedan retomar en la medida de las posibilidades su vida en forma ordinaria.

Los Niños Héroes

En esta ocasión, me gustaría compartir un cartón de Camacho que es muy ilustrativo de la realidad de nuestro país.


“Todo lo mío es tuyo” (Lc 15, 31)

Cada domingo trataremos de meditar sobre el Evangelio, el proyecto de Jesús en nuestra vida.

En esta ocasión corresponde al XXIV Domingo del Tiempo Ordinario (Lc 15, 1 – 32)

Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo. Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: "Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos". Jesús les dijo entonces esta parábola: "Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido".

Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse".

Y les dijo también: "Si una mujer tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende acaso la lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, llama a sus amigas y vecinas, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la dracma que se me había perdido". Les aseguro que, de la misma manera, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte".

Jesús dijo también: "Un hombre tenía dos hijos. El menor de ellos dijo a su padre: 'Padre, dame la parte de herencia que me corresponde'. Y el padre les repartió sus bienes.

Pocos días después, el hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano, donde malgastó sus bienes en una vida licenciosa. Ya había gastado todo, cuando sobrevino mucha miseria en aquel país, y comenzó a sufrir privaciones.

Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa región, que lo envió a su campo para cuidar cerdos. El hubiera deseado calmar su hambre con las bellotas que comían los cerdos, pero nadie se las daba. Entonces recapacitó y dijo: '¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre! Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros'. Entonces partió y volvió a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente; corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó. El joven le dijo: 'Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; no merezco ser llamado hijo tuyo'.

Pero el padre dijo a sus servidores: 'Traigan en seguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y festejemos, porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y fue encontrado'. Y comenzó la fiesta.

El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, ya cerca de la casa, oyó la música y los coros que acompañaban la danza. Y llamando a uno de los sirvientes, le preguntó que significaba eso. Él le respondió: 'Tu hermano ha regresado, y tu padre hizo matar el ternero engordado, porque lo ha recobrado sano y salvo'. El se enojó y no quiso entrar.

Su padre salió para rogarle que entrara, pero él le respondió: 'Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos. ¡Y ahora que ese hijo tuyo ha vuelto, después de haber gastado tus bienes con mujeres, haces matar para él el ternero engordado!'. Pero el padre le dijo: 'Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo. Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado'".
Hemos escuchado muchas veces este pasaje del Evangelio, en donde Jesús, habla y predica sobre un aspecto fundamental para poder participar de su proyecto, la misericordia. Miser en latín significa miserable, desdichado y cordis, corazón, por lo que es la capacidad de sentir la desdicha de los demás.

Este Domingo, podríamos señalar que el eje es la misericordia como lo vemos en las dos parábolas que plantea Jesús como fundamento de su seguimiento. Ahí es donde ponemos a prueba nuestro discipulado, en la capacidad de encontrarnos, pero más allá, la de vibrar con el otro, de compartir su ser y en particular, hacernos uno con su corazón.

La primera imagen es la del buen pastor que va por la oveja perdida, por la que se extravío, ya sea por negligencia o por las ganas de buscar la novedad. Deja las 99, porque no necesitan el pastoreo, porque se sienten seguras en donde las ha puesto. Pero la extraviada, lo necesita aún porque se esmere en no reconocerlo, en no aceptarlo o rechazarlo.

Encuentro, que se traduce en alegría porque por fin, después de tanta búsqueda se logra. El pastor estaba inquieto, intranquilo porque no sabía de la oveja, pero no se da por vencido. Gozo, emoción, porque sabe que por fin se reincorporará.

Segunda imagen, la moneda que se pierde, se deja caer, se abandona. Una moneda representaba todo el patrimonio de una familia, por eso lo era todo. No se queda tranquilo porque no se puede perder una moneda así de forma tan sencilla. Recorre todos y cada uno de los rincones, busca sin desfallecer.

Cuando la encuentra es alegría, porque ese tesoro no se perdió, ahora dará la prosperidad y el bienestar que está destinada a dar.

La última imagen, que comúnmente se llama la parábola del “hijo pródigo” que sería mejor llamarla el “padre providente”. Es una verdadera clase de antropología humana. Nos reta a plantearnos las actitudes que asumimos, pero no alcanzamos a vislumbrar el fondo, que no es con qué hijo te identifiques, sino que admiremos e imitemos a la figura del padre.

El padre que hizo grandes cosas, que amasó bienes que sus hijos creen que son suyos. El ingrato, piensa que le puede exigir a su padre aquello que no le pertenece, que no realizó el menor esfuerzo por conseguir, pero en su ingenuidad asume que tiene derecho sobre lo que es de su padre.

Ese hijo se marcha por su propio pie, nadie le dijo que lo hiciera, busca una supuesta libertad e independencia de su padre. Huye, escapa en pro de su rumbo. Como buena persona que no le ha costado nada en la vida, despilfarra, cae en la desgracia, siente hambre por primera vez en su vida, se siente necesitado, indefenso, vulnerable. Incluso quiere alimentarse de lo que consumen los cerdos.

Recapacita y se da cuenta del error que cometió, que cuando estaba con su padre era verdaderamente libre, se sentía seguro, protegido y es cuando clama al cielo por lo que ha hecho y busca regresar pero no con la misma actitud arrogante, sino con la humildad que da el fracaso, la derrota y el desaliento. Sabe que ni uno solo de los colaboradores de su padre ha experimentado el hombre y buscará su retorno como esclavo o servidor de su padre.

Con esa humildad, emprende el camino a casa. El padre providente estaba con la esperanza y con la fe que su hijo al que tanto amaba buscaría su hogar y así fue. Lo ve venir a lo lejos y corre a su encuentro, porque sabe que está vez será para siempre. Manda a que lo aseen, lo vistan y calcen, que le den un anillo; pide una fiesta en su honor.

Ese padre providente, le da la dignidad de hijo, no de esclavo, como pretendía en un primer momento. Lo reviste de ser su retoño, se alegra porque no importa el pasado o lo que haya experimentado, está con él, hay fiesta, alegría, gozo.


El hijo miserable, que siempre había estado con su padre, pero que no era generoso, que no daba el paso a imitar a su padre, al contemplar la escena, increpa, se molesta, se siente defraudado, pero cuál es la sorpresa, la probidad nuevamente del padre. Alégrate porque es tu hermano.

El hijo no es capaz de experimentar la alegría de su padre y sólo piensa en la recompensa que le debía por estar siempre con él. Todo lo mío es tuyo, responde con gran amor el padre, las cosas de Dios son nuestras cosas, no sólo son aspectos sagrados, sino que son nuestras.

Cuál grande es nuestra dignidad que hemos recibido de Dios, pues somos hijos, y como tal, debemos ser como Él, misericordiosos, abiertos al encuentro. Todo lo mío es tuyo nos dice el Señor, las cosas de Dios son nuestras cosas.

Que en nuestro peregrinar seamos siempre hombres de misericordia. Sin misericordia, es imposible entender el misterio de Dios en nuestras vidas.

domingo, 12 de septiembre de 2010

¿Se pueden recuperar nuestros sueños?

Nuestras vidas están repletas de sueños, de anhelos, que es el alimento de nuestra alma. Vivimos de esperanza. En lo más profundo guardamos un deseo, una ilusión y también en muchas otras, por qué no decirlo, de frustraciones por no seguir aquello que nos hace felices y tristemente, renunciamos a esos sueños.


Muchas veces hemos escuchado que no se puede culpar a otros de no seguir nuestros deseos, lo que en verdad queremos en la vida. Pero, es cierto también, que por no herir, lastimar o no defraudar, lo hacemos para buscar la forma en la cual podemos ajustar aquello que anhelábamos a lo que será nuestra vida en adelante.

Cuántas presiones podemos soportar, por tratar de perseguir un sueño que no es entendido o mucho menos apoyado. En esos casos, se tienen dos opciones, luchar y alcanzarlo al costo de ser feliz; renunciar con el alto precio de un día arrepentirse de ello.

En determinado momento, pudiera parecer que dejamos de ser personas, para ser máquinas sin sentimientos, automatizados y preguntándonos el por qué terminamos así, en una vida que no era la que nosotros teníamos en mente o hubiésemos soñado.

Es por eso que hago esa pregunta, ¿se pueden recuperar nuestros sueños? ¿Podemos regresar de ser máquinas, para volver a ser humanos? ¿Por qué damos tanta importancia a lo que las personas en nuestro alrededor (en especial seres queridos) piensan, sienten o quieren para nosotros? ¿Por qué nos da tanto miedo vivir? Más aún, vivir felices.

Si bien es cierto que sólo tenemos una vida, ¿por qué desperdiciarla? Lo más complicado es enfrentarnos a nosotros y querer tomar las riendas de nuestro destino. Ahí descubriremos que tenemos miedo. Terror de encontrar que podemos ser felices.

Nunca es tarde, pero es fundamental la decisión, siempre y cuando todavía estemos en tiempo. Dice un viejo refrán, “Dios perdona siempre, el hombre a veces, pero el tiempo nunca”.

Sí se pueden recuperar, sólo es cuestión de quererlo, de intentarlo, pero sobre todo, de nunca dejar de soñar. Estar alerta y no desperdiciar las oportunidades que se presentan.

Mensaje de S.E.R. Mons. Christophe Pierre, Nuncio Apostólico de Su Santidad

Quisiera reproducir en esta ocasión un mensaje del Nuncio de Su Santidad con motivo de las fiestas patrias que se aproximan. Lo ha llamado, “Una nación sin valores será siempre esclava”.
"Sin duda, la celebración del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución invita a todos a observar el pasado, para discernir el presente, en miras al futuro. El evento de la Independencia, en efecto, no ha sido ni debe ser considerado solamente como algo que “fue”, un independizarse “de”, sino, sobre todo, como un evento que se proyecta dinámicamente hacia el futuro “para” conformar, edificar y sostener una Nación de valores. Una Nación sin verdaderos valores, sería una Nación siempre esclavizada. Afortunadamente, en México, el potencial indudablemente existe. Porque, en efecto, en el pueblo mexicano es aún posible encontrar bellas y tangibles manifestaciones, entre otras muchas, de profundo respeto a la vida, de amor por la familia, de sentido de acogida y de hospitalidad, de fiesta y de esperanza. Manifestaciones que, al mismo tiempo, revelan la presencia de la religiosidad profunda de un pueblo que se mantiene unido a Dios.

Son valores que hay que saber reforzar y promover. Más hoy, cuando de manera impactante constatamos la existencia de muchas veces graves y escandalosas desigualdades sociales a las que se han ido añadiendo los nuevos rostros de la violencia, lo cual, entre otros factores, ha provocado que muchos mexicanos se encuentren excluidos de la promoción humana integral, a tal grado, que los ideales de libertad, justicia e igualdad que motivaron la insurrección por la Independencia y la Revolución, hoy, más que nunca, interpelan a los mexicanos.

Ojalá que estas celebraciones muevan eficaz y efectivamente las voluntades de todas las fuerzas vivas de la sociedad, empujándolas a luchar por lograr encontrar caminos de solidaridad: de aquella capaz de incluir a todos los mexicanos, y que realmente se fundamenta, se desarrolla y se logra mirando y reconociendo al hombre como objeto y sujeto, como centro de todo proyecto humano. Solidaridad que en la perspectiva cristiana reclama a la caridad, en el horizonte de la justicia; la cual, a su vez, exige la verdad (cfr. Caritas in Veritate). Sólo desde la óptica de la justicia, de la caridad y de la verdad, será posible colaborar en la construcción de una “civilización del amor” y de una sociedad solidaria y fraterna, en consecuencia, de dar su verdadero valor a los eventos que gozosa y justamente celebra hoy el pueblo de México.

En esta circunstancia, invito particularmente a cada bautizado y a cada institución eclesial a hacer que su vida se transforme en un cada vez más claro testimonio de responsabilidad y de creatividad ciudadanas. A todos y cada uno corresponde llevar el mensaje transformador y humanizante de Cristo a los demás y a la sociedad, al núcleo de la cultura y a sus instituciones. También hoy, como ayer, los bautizados están llamados a estar dinámica y valientemente presentes en la vida pública, siendo verdaderos ciudadanos, contribuyendo al bien común y mostrando que es posible vivir y proclamar existencialmente la fe desde el interior de las realidades seculares, con valentía, respeto a los otros y a sus modos de pensar, y con indomable coherencia".

+ Mons. Christophe Pierre
Nuncio Apostólico en México