jueves, 18 de agosto de 2011

¿Por qué tenía que conocerlo?


¡Venga Tu Reino!


Adolfo Ruiz Guzmán

18 de agosto de 2011

Crel Sur

Meditación Hora Eucarística

¿Por qué tenía que conocerlo?

Texto Evangélico (Mt 11, 23 – 30)




“En esa oportunidad, Jesús dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños.
Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana"”.
Hace unos días, con ocasión de mi cumpleaños, meditaba el por qué yo conozco a Cristo, por qué desde la eternidad tenía que conocerlo. Un misterio de amor, lo cual me ha permitido superar las diversas adversidades.
Cuando aparecen todas las dificultades y cada uno sabe, las espirituales, morales, económicas, sociales o la misma salud, es cuando nos sentimos agobiados, nuestras preocupaciones parece nos sepultan y arrollan, todo se torna negro. Llego incluso a sentirme abrumado, frustrado, desolado y eso mismo no permite levantar la cabeza y ver el porvenir.
El cansancio también se presenta, porque muchas veces las batallas nos cansan, en la vida espiritual cuando atravesamos un desierto, en la moral cuando pecamos de la misma manera una y otra vez, en lo económico cuando no vemos los resultados esperados. En fin, tantas batallas las cuales pudieran parecer como una pérdida de tiempo o de recursos. Por esa misma ofuscación es imposible analizar, batallas hay cientos, pero la guerra sólo es una.
El llamado de Cristo es un aliciente, es una bocanada de aire fresco y es una excelente forma de demostrar nuestra fe, en el testimonio de quien fue enviado para anunciar la Verdad y la Buena Nueva. Él nos lo prometió, nos aliviará, pero también nos dice, tomar su yugo, ese yugo es de amor, de aprender a aliviar la carga al otro, de poner en el corazón de Cristo toda nuestra vida y todo aquello que nos quita la paz interior.
Hoy Benedicto XVI lo recordaba, ¡Cristo es mi alegría!
Cristo nos invita a levantar la mirada, a limpiarnos el polvo y aprender a confiar, porque Él va con nosotros. Es como cuando le dijo Jesús a Tomás, anda, ven toca mis llagas y mis heridas para que creas. Ese es la certeza de fe con la cual contamos, Cristo sale a nuestro encuentro como en Emaús, porque El nos explica las Escrituras y parte para nosotros el pan.
Hoy podemos decir de este llamado que es el nuestro, es el tuyo y es el mío, es una invitación para creer para saber en quién podemos confiar porque Él está con nosotros todos los días hasta el fin de los tiempos.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Sólo tengo gratitud

Hace unos días celebré mi cumpleaños, no he terminado de hacerlo, pero siempre es bueno hacer un alto en el camino para agradecer por todos los dones, gracias y por qué no, hasta las pruebas y dificultades porque son excelentes oportunidades de crecer y madurar.
Después de una profunda reflexión y balance de todos estos años de vida, sólo tengo gratitud. Si en algo puedo resumir mi vida es en la felicidad. Ha sido una aventura muy grata y conforme pasa el tiempo es mucho mejor, porque estamos en el camino de la plenitud y crecimiento.
Gracias a todos quienes han estado siempre ahí, quienes me han ayudado, impulsado, inspirado y motivado, sin ustedes nos hubiera costado mucho más.

domingo, 7 de agosto de 2011

Ven…

El camino del discípulo es gradual, va caminando poco a poco, pero siempre dando pasos muy seguros, en el XIX Domingo del Tiempo Ordinario (Mt 14, 22 – 33), Cristo nos brinda una certeza.
“En seguida, obligó a los discípulos que subieran a la barca y pasaran antes que él a la otra orilla, mientras él despedía a la multitud. Después, subió a la montaña para orar a solas. Y al atardecer, todavía estaba allí, solo.
La barca ya estaba muy lejos de la costa, sacudida por las olas, porque tenían viento en contra. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el mar.
Los discípulos, al verlo caminar sobre el mar, se asustaron. "Es un fantasma", dijeron, y llenos de temor se pusieron a gritar. Pero Jesús les dijo: "Tranquilícense, soy yo; no teman".
Entonces Pedro le respondió: "Señor, si eres tú, mándame ir a tu encuentro sobre el agua". "Ven", le dijo Jesús. Y Pedro, bajando de la barca, comenzó a caminar sobre el agua en dirección a él.
Pero, al ver la violencia del viento, tuvo miedo, y como empezaba a hundirse, gritó: "Señor, sálvame". En seguida, Jesús le tendió la mano y lo sostuvo, mientras le decía: "Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?".

En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en ella se postraron ante él, diciendo: "Verdaderamente, tú eres el Hijo de Dios"”.
Jesús muchas veces pudiera parecer nos obliga a hacer cosas impensables o nos lleva por caminos desconocidos. Los discípulos se suben a la barca obedeciendo a Cristo.
El texto unas líneas antes menciona que fue inmediatamente después de la multiplicación de los panes, por tanto los discípulos habían visto un milagro sin paralelo. Ellos embarcados comenzaron su viaje y se habían alejado aproximadamente 180 metros de la orilla, en ese inter, Jesús estaba orando, quería un momento solo para encontrarse con su Padre.
Una vez listo, Jesús camina sobre las aguas para encontrarse con sus discípulos. Yo quisiera imaginar la escena. Un fantasma, un espejismo, algo totalmente fuera de la realidad, por eso la reacción de Pedro de querer ir a lado de su Maestro.
Me gusta imaginar nuestras vidas como la barca, la cual busca tratar de navegar a pesar y con las condiciones para hacerlo. Habrá días de Sol, habrá otros de tormenta, pero aún así debemos seguir a pesar de todo. Pero tenemos la certeza del éxito si nosotros cooperamos para su navegación.
También, este Evangelio se puede extrapolar totalmente a nuestra realidad. Vamos en esa barca, pero vemos a Cristo quien no se cansa de llamarnos, pero nosotros, queremos ir a Él. Por eso le decimos, mándame ir a ti. Su respuesta es sencilla, “ven”.
Ven… Ven… Ven… Monosílabo insignificante gramaticalmente, pero espiritualmente representa el todo. El seguimiento de Jesucristo no admite dudas, porque de eso depende el poder seguir avanzando, si dudamos es cuando nos comenzamos a hundir y somos presas de la desesperación y el pánico. Nos sentimos ahogados, abrumados, pudiera ser inminente nuestra muerte.
Cuando estamos así, llega una mano para sacarnos adelante, sentimos esa fuerza, ese lazo para salir adelante. La pregunta que hace Jesús es muy fuerte, ¿por qué dudaste? No me acabas de ver hacer un milagro, como el de los panes, no vengo yo acaso caminando sobre las aguas para estar contigo.
Ven y no veas atrás, el Padre Pio dice, “mi pasado, Señor, lo confío a tu misericordia, mi presente a tu amor, mi futuro a tu providencia”. Aprender a confiar no es tarea sencilla, pero la fe en Cristo es la base para ir siempre adelante y no dudar.

sábado, 6 de agosto de 2011

Es fundamentada la razón de nuestra esperanza

Elegir nuevos rumbos y cerrar ciclos no es tarea sencilla, requiere una firme y decidida voluntad para respaldar las decisiones tomadas. Los caminos para asegurar el éxito requieren recorrerse paso a paso y no hay atajos, vías cortas o “trampas”. Ese éxito se pavimenta con el corazón, pero también con la razón.
Los hombres queremos certezas, seguridades, manuales para nuestra vida, pero la realidad es muy diferente. Avanzamos con lo que está a nuestras manos, muchas veces es por fe, otras por necedad, otras por amor, en fin, pero lo cierto es la inexistencia de manuales para vivir.
Las guías para nuestra vida, las luces son en primer lugar nuestros padres, quienes nos orientan para crecer de acuerdo a su ejemplo, lo hacen con un amor desbordado, pero exigente. Con ellos en con quien aprendemos a vivir en una libertad responsable, porque nos enseñan a volar. Así se forma una comunidad basada en el amor y respeto, la familia.
Seguimos transitando en nuestra vida y nos encontramos con profesores y mentores, quienes nos instruyen para ser cada vez más letrados. Ellos merecen nuestro agradecimiento porque nos abrieron el camino del saber – conocer.
Nuestros amigos se unen a nosotros por el sendero de nuestra existencia, permitiéndola hacer más llevadera y divertida. Ellos se convierten en la familia de nuestra elección. Aprendemos a su lado de los golpes de la vida, de los desamores, de las alegrías y gozos, ahí encontramos un hombro en el cual nos podemos recargar para reír o llorar.
La vida por tanto se va convirtiendo en una gran academia, donde nunca acabamos de aprender, de sorprendernos, de descubrir, de maravillarnos y no termina porque aún en la muerte aprendo y me perfecciono.
Conforme el trajín de nuestra existencia me abro a los misterios de la misma, comprendo que es fundamentada la razón de nuestra esperanza. Hay tanto por hacer y experimentar, pero también mucho por conocer y amar. La esperanza nos permite comprender que siempre viene lo mejor, y no porque ahora no lo sea, sino porque será excelente.
Es por eso este post, para informar a mis queridos lectores y amigos que ya no voy a compartir mis reflexiones tan frecuentemente como antes, pero no por ello significa que termina este blog, por el contrario, vendrá un nuevo episodio y un nuevo capítulo.
En el orden mencionado agradezco a todos y cada uno de ustedes que han compartido tanto para enriquecer este espacio, a ustedes quienes me dieron mucho material para compartir y también por todo su apoyo desde que salimos hace poco menos de un año.
Cierro sólo este post, recordando nuestra frase y el por qué surgió. ¡No, cómo no! En la vida no hay un no definitivo, sólo aquél que nosotros mismos nos demos.

jueves, 4 de agosto de 2011

Buen inicio

Se han publicado unas encuestas sobre las preferencias de los habitantes del Distrito Federal, para suceder a Marcelo Ebrard. Los resultados resultan interesantes y prometen una gran contienda electoral en la Capital.
Del escenario planteado, los posibles candidatos serían Beatriz Paredes del PRI, Demetrio Sodi del PAN y Carlos Navarrete del PRD. Lo arrojado por las encuestas es de comprenderse por la mala gestión del PAN a nivel federal y la desilusión de los gobiernos del PRD en el DF.
De seguir así las tendencias el tricolor recuperaría el Distrito Federal, el cual perdiera en la elección de 1997, fecha emblemática porque fue la primera vez en que se elegía al Jefe de Gobierno. En aquella ocasión, la victoria fue para el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas.
Buen inicio para una posible campaña de Beatriz Paredes Rangel.

lunes, 1 de agosto de 2011

Armen sus quinielas

Ya en plena carrera para el 2012 comenzamos a ver a los actores en sus obras y comenzando a acomodar sus fichas para el gran tablero de la política nacional. Armen sus quinielas para ver quién será el mejor hombre para ocupar tan alto encargo de ser el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, posición vacante desde hace 10 años.
Al interior de los Partidos Políticos las contiendas comienzan a ponerse interesante, bueno excepto en el PAN, pero dentro del PRI se perfilan dos aspirantes sólidos. En el PRD también hay dos aspirantes, al final serán los dos pero en partidos diferentes. Ya veremos la fractura del PRD por culpa de Andrés Manuel.
Aquí colocamos una radiografía de las preferencias actuales y de quiénes serán los candidatos.