domingo, 31 de julio de 2011

Cinco panes y dos peces

En el XVIII Domingo del Tiempo Ordinario (Mt 14, 13 – 21) Jesús nos invita a dar nuestros cinco panes y dos peces.
"Al enterarse de eso, Jesús se alejó en una barca a un lugar desierto para estar a solas. Apenas lo supo la gente, dejó las ciudades y lo siguió a pie.
Cuando desembarcó, Jesús vio una gran muchedumbre y, compadeciéndose de ella, curó a los enfermos.
Al atardecer, los discípulos se acercaron y le dijeron: "Este es un lugar desierto y ya se hace tarde; despide a la multitud para que vaya a las ciudades a comprarse alimentos".
Pero Jesús les dijo: "No es necesario que se vayan, denles de comer ustedes mismos". Ellos respondieron: "Aquí no tenemos más que cinco panes y dos pescados". "Tráiganmelos aquí", les dijo.
Y después de ordenar a la multitud que se sentara sobre el pasto, tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes, los dio a sus discípulos, y ellos los distribuyeron entre la multitud.
Todos comieron hasta saciarse y con los pedazos que sobraron se llenaron doce canastas. Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños".

Hace varios años, tuve la fortuna de ser enviado para realizar un documental de turismo religioso católico a Tierra Santa, ahí encontré lugares espectaculares, no puedo utilizar la palabra mágico pero sí con la presencia de Cristo persona. Fue ahí donde me encontré con el lugar de la multiplicación de los panes, Tabgha, lo propio era leer el pasaje y contemplar.
Cuando llegué me presentaron al Nuncio de Israel y Delegado Apostólico para la Autoridad Palestina, S.E.R. Mons. Pietro Sambi, quien me dio una de las más grandes reflexiones sobre Tierra Santa y la cual pude comprender en Tabgha. “Yo creía en Jesucristo, pero como una especie de fantasma entre las nubes, y es aquí caminando en su Tierra donde he encontrado al Cristo persona. Que se ha hecho como yo, que ha aprendido a andar, a caminar, a comer, todo como yo para que no tenga miedo de acercarme a Él”.
En ese contexto me permitió comprender este pasaje de una dimensión totalmente diferente. Porque pude ver a ese Cristo acercarse en la barca para poder encontrarse con una multitud, la cual le aguardaba, estaba deseoso de verlo, el texto dice “se compadeció de ellos”, es decir, quiso padecer con ellos, con nosotros, con los enfermos, los necesitados, quienes lo buscamos de corazón y queremos parecernos a Él, con quienes queremos seguirlo.
Un discípulo para variar duda y le pide despachar a la gente, hoy cuántas veces no corremos el peligro de pedir la gente se aleje para atender nuestras cosas, por eso Jesús le dice, no los corras, mejor denles ustedes de comer. La incertidumbre, pero un joven responde, yo tengo cinco panes y dos peces, es todo, de ahí ocurrió el milagro, en cual en los relatos dice, fue suficiente para cinco mil hombres sin contar a mujeres y niños.
Cinco panes y dos peces, lo suficiente para obrar un milagro de increíbles proporciones, sólo bastó dar eso. Pero también representan todo mi ser, todo lo que soy y tengo lo pongo en las manos de Cristo y obrará milagros y maravillas. Pero debo darlos, es mi ínfima aportación.
Hoy recuerdo esas experiencias al leer el texto, no pudo haber sido mejor para dedicarlo a Mons. Sambi quien murió el pasado miércoles en la noche en un hospital de Baltimore, Su Excelencia estaba al frente de la Nunciatura de Estados Unidos. Hasta el final de su vida dio siempre sus cinco panes y dos peces.
También no podía dejar de dedicarlo también a Mons. Juan Aranguren, canónico de la Basílica de Guadalupe quien su amor a la Guadalupana lo trajo desde España para dedicarle casi 35 años a su servicio.

sábado, 30 de julio de 2011

El problema de la libertad

La libertad es el don más preciado de todos los hombres, pero también el más complicado de aprender a usar. Muchos lo confunden con libertinaje, pero la libertad es más sublime.
Para comenzar es muy complicado dar una definición acertada, quienes más se han acercado son los filósofos, ellos porque han debatido y siguen debatiendo sobre ella. Incluso su origen etimológico no puede describir a cabalidad su verdadero significado.
La aproximación indicada es la brindada por la ética, y nos dice, es la capacidad propia del ser humano de obrar conforme a su voluntad y por tanto es responsable de sus actos.
Ahí podemos entrar en conflicto, porque muchas veces renunciamos a un bien por otro aún causándonos dolor. Pudiera parecer contradictorio, pero es una realidad por cada decisión libre, necesariamente hay una renuncia.
La libertad no es hacer o no hacer, es mucho más allá, es vivir en la libertad de espíritu. Quien es libre de espíritu asume su papel en la vida y las responsabilidades propias de ella. Sabe de los límites, de sus alcances, del respeto al otro y no violenta sus espacios, o sus decisiones.
El problema de la libertad radica en la forma en la cual la vamos a utilizar, porque podemos ser víctimas de nuestro propio libertinaje y rehenes de nosotros mismos. Quien se conoce, ama y valora su libertad no hay obstáculo, barrera o impedimento capaz de frenarlo o sujetarlo.
Gran regalo, pocas veces valorado, meditado o agradecido.

domingo, 24 de julio de 2011

¿Qué estás dispuesto a hacer?

Conforme avanzamos en el Ciclo Litúrgico, el mensaje de Jesús se hace más claro, en el XVII Domingo del Tiempo Ordinario (Mt 13, 44 – 52) siguen los retos.
“El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo.
El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró.
El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces. Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve.
Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.
¿Comprendieron todo esto?". "Sí", le respondieron. Entonces agregó: "Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo"”.
El Reino de los Cielos se parece, nuevamente encontramos esa expresión la cual nos permite adentrarnos a comprender los misterios. Pero ahora Jesús, hace unas analogías las cuales nos retan a la acción.
En el primer caso nos habla de un tesoro en un campo y el hombre quien lo descubre. Después utiliza la figura de un negociante de perlas finas quien encuentra una de gran valor. El discurso prosigue con la red echada al mar.
Las reflexiones a las cuales podemos llegar son muy diversas, pero podríamos hacer el ejercicio de preguntarnos, qué haría en esas circunstancias. Hay muchos escenarios posibles, porque el hecho de aparentar codicia podría ser cuestionable, pero no es el plan de Jesús.
Cuando encuentro mi camino y soy consciente de él, lo asumo y lo hago propio vale la pena cualquier esfuerzo para obtenerlo, pudiera ser egoísta, pero al final lo hago para compartirlo. No es una renuncia cuando hará mucho mayor bien del imaginado.
No basta con hacer el mejor esfuerzo, es darlo todo, muchas veces Dios permite ir por senderos obscuros para aprender de la única forma en la cual lo hacemos, experimentando, como el Hijo Pródigo, comer hasta de los puercos para así retomar nuestro camino al Padre y con la humildad de la lección aprendida darme cuenta de mi necesidad de Dios.
Por eso vale la pena vender todo, vaciarme para que Dios ocupe su lugar. Estaré esperando a que toque a mi puerta y así se una el tiempo y la eternidad, el hombre y Dios.
La habilidad del negociante es necesaria para poder sortear las trampas del maligno, las cuales son muchas y de muy diversa índole, pero podemos caer en el error de creernos más listos o astutos y el resultado será la catástrofe. Con el maligno no podemos lidiar solos, por eso necesitamos de esa perla preciosa, pero debemos deshacernos de todo para poder adquirirla.
Cuando el pescador obtenga y compare los frutos de la pesca, separará el pescado bueno del malo. En el día del juicio nos confrontará para ver el resultado con la medida del amor, ahora es el tiempo de la misericordia, pero vendrá ese día en el cual debemos estar atentos.
Por eso nos pide renovarnos constantemente, nos lanza la pregunta: ¿qué estás dispuesto a hacer para ganar ese tesoro? ¿Para obtener la perla? ¿Para buscar tu conversión sacando las cosas viejas para encontrar lo nuevo?

En busca de la paz interior (VII)

Hoy cada vez es más necesario atesorar nuestra paz interior, hay muchas fuerzas o situaciones las cuales buscan arrebatárnosla, pero de nosotros depende el éxito sobre estas.
Otro punto para nuestra búsqueda es vivir en el aquí y en el ahora, esto implica amar el presente, el cual es muy efímero. El asumir nuestro presente, nos permitirá aprender a vivir con serenidad. Mi papá siempre me dice una frase en la cual se encierra una gran sabiduría, no me voy a preocupar por cosas que no puedo hacer en este momento o que no puedo resolver justo ahora.
Es cierto, vivir el presente es un verdadero arte y un auténtico reto. Arte y reto porque me libero de los juicios del pasado, suelto el lastre para avanzar y asumirlo; pero también, elimino el miedo a enfrentarme con el futuro.
Una persona quien ha aprendido a vivir en libertad es la única capaz de ser pleno en el presente. Vive cada circunstancia y momento en su totalidad, sus sentidos están expectantes a captar y asimilar cada estimulo para aprender y madurar. En pocas palabras es una persona que existe.
Amar el presente a su vez requiere serenidad, para llegar a ello es fundamental desprenderme de mi ego y así seré libre de estar presente. La serenidad también es fruto del desprendimiento y del desapego.
Es curioso pero el desapego es condición para entablar relaciones, porque no se vuelve dependiente de ellas. El ser humano tiene también que desprenderse de sí mismo, porque se ata a sí mismo, lo cual lleva a la desesperanza y no puede ser libre.
Los romanos llamaban a la serenidad como aequio animo, es decir, ecuanimidad. El hombre ecuánime es capaz de vivir el presente, ser dueño de sí, pero no es apegado a sí, es hombre capacitado para el encuentro y por tanto, es un ser de relación, vive en libertad y deja ser libre.

viernes, 22 de julio de 2011

La confianza es el cimiento

Hoy recordamos la memoria de Santa María Magdalena, a quien se le concedió ser una de los primeros testigos de la Resurrección de Cristo. Magdalena antes de ser una de más grandes seguidoras de Jesús tuvo un pasado, el cual le permitió valorar y esparcir la misericordia de Dios la cual, ella misma había experimentado.
La confianza es el cimiento, en nuestra vida, buscamos personas en las cuales confiar, en un primer momento están nuestros padres, pero en algunos casos, los menos se pierde ese eslabón. Pero de ordinario, la confianza va aumentando. Así en el proceso de integrarse a los grupos de pertenencia, el hombre tiene a la familia, luego los amigos.
La familia, es un núcleo fundamental, porque es el primer espacio donde interactuar con personas unidas por sangre, donde se debe privilegiar la confianza. Pero ahí se topa con el “derecho” de los mismos familiares a inferir en las decisiones o de la forma de vida por justo el hecho de la existencia de la confianza.
En los amigos, es un proceso aún más complicado, porque en la vida se cuenta con compañeros, conocidos pero amigos es un paso más delicado. El amigo es quien depositas ciegamente la confianza, está ahí para ti y tú para él, se convierte incluso en un vínculo mayor al de sangre.
SI somos capaces de comprender estos vínculos de la confianza, está muy cerca comprender el misterio de Dios como lo hizo Magdalena. Si se ha hecho patente la confianza en personas, cuanto más en Dios, quien es el creador de todo y es el autor de los caminos aunque a veces no veamos claro hacia dónde nos lleva. Esos caminos muchas veces llevan a la desconfianza, pero no por Dios sino por nosotros porque necesitamos ver claro y no comprendemos que Dios es el único capaz de escribir recto en renglones torcidos.
Abandonar a la confianza de Dios también es abrazar la misericordia, para así retomar el camino hacia Él, como dice San Agustín, “mi alma está inquieta y no descansará hasta regresar a ti”. No importan cuan obscuro o accidentado esté el camino elegido, tarde o temprano, llegaremos a Él, y lo más admirable es que no importará el cómo llegamos sino el ya estamos ahí, como dice el P. Pio: “mi pasado, Señor, lo confío a tu misericordia, mi presente a tu amor, mi futuro a tu providencia”.
Todo ello parte de la confianza, es el cimiento.

jueves, 21 de julio de 2011

De los siete que quedaban…

Ayer el Secretario de Trabajo anunció su retiro de la contienda interna del PAN para buscar la candidatura a la Presidencia de la República. Ahora se sumará a quien resulte vencedor, pero recordemos había anunciado apoyaría a Ernesto Cordero, Secretario de Hacienda.
De los siete que quedaban, ahora me quedan seis, Blancanieves estará desesperada porque ha perdido un enano. Veremos cuál será el comportamiento de los restantes en un aburrido, característico del blanquiazul, proceso interno.
Quien se perfila para ser el candidato del PAN es Ernesto Cordero, pero los restantes aspirantes no le dejarán el paso tan fácil, entre ellos está Santiago Creel quien perdiera en las elecciones internas anteriores frente a Felipe Calderón.
En los próximos días seguramente irán cediendo el paso los demás enanos, pero de todos no habrá alguno capaz de hacer frente en las próximas elecciones federales al PRI o al PRD, el PAN demostró su incapacidad durante estos años.
El PAN se enfrenta a la catástrofe, no cuenta con rumbo, horizonte o un buen capitán al frente del timón. Ni siquiera con una tripulación capaz.

martes, 19 de julio de 2011

El equipo de uno

Uno de los grandes males de la sociedad moderna es el individualismo, esto se refleja en la incapacidad de las personas de entrar en contacto con el otro. Por tanto es imposible hablar de una relación en cualquier ámbito. Este mal tiene su origen en el primer grupo al cual pertenece el hombre, la familia.
El individualismo es fruto de un egoísmo exacerbado, de la exaltación del yo sobre todas las cosas. Es sano quererse, respetarse, pero todo en su justo medio. Es por eso también el fenómeno dentro de las familias de las personas las cuales se convierten en no gratas, porque su egoísmo hace imposible cualquier comunicación, cualquier relación o si quiera entablar un diálogo. Se aferran a su posición, se sienten constantemente agredidos y lo peor, se asumen como víctimas y comienzan a creer su mundo de mentira alejado de la realidad.
De ahí se mueven las mismas costumbres a todos los ambientes y realidades de las personas, porque lo reflejado en la familia necesariamente se ve en el trabajo, con los amigos, con la pareja etc., así se convierte el equipo de uno. Y tarde o temprano, se alejan de todo, pero no porque sean excluidos o rechazados, es porque no pueden superar el amor irracional hacia ellos. En un yo, no existe un tú, es imposible ver al otro, experimentarlo, escucharlo, estar atento.
La única forma de salir de este círculo vicioso es amar de corazón, dar sin esperar, estar abierto al otro, ser sensible, pero lo más importante, querer hacerlo.

Algo para un lunes

Dedicado a mis grandes amigos...

domingo, 17 de julio de 2011

Él es paciente…

La riqueza de la Liturgia ha logrado plasmar un Ciclo Litúrgico el cual, va permitiendo avanzar el nuestro proceso de discipulado, en el XVI Domingo del Tiempo Ordinario (Mt 13, 24 – 43) Jesús continúa con la didáctica de las parábolas.
“Y les propuso otra parábola: "El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras todos dormían vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue. Cuando creció el trigo y aparecieron las espigas, también apareció la cizaña.
Los peones fueron a ver entonces al propietario y le dijeron: 'Señor, ¿no habías sembrado buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que ahora hay cizaña en él?'. El les respondió: 'Esto lo ha hecho algún enemigo'. Los peones replicaron: '¿Quieres que vayamos a arrancarla?'. 'No, les dijo el dueño, porque al arrancar la cizaña, corren el peligro de arrancar también el trigo.
Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha, y entonces diré a los cosechadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, y luego recojan el trigo en mi granero'".
También les propuso otra parábola: "El Reino de los Cielos se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su campo.
En realidad, esta es la más pequeña de las semillas, pero cuando crece es la más grande de las hortalizas y se convierte en un arbusto, de tal manera que los pájaros del cielo van a cobijarse en sus ramas".
Después les dijo esta otra parábola: "El Reino de los Cielos se parece a un poco de levadura que una mujer mezcla con gran cantidad de harina, hasta que fermenta toda la masa".
Todo esto lo decía Jesús a la muchedumbre por medio de parábolas, y no les hablaba sin parábolas, para que se cumpliera lo anunciado por el Profeta: Hablaré en parábolas, anunciaré cosas que estaban ocultas desde la creación del mundo.
Entonces, dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña en el campo". El les respondió: "El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno, y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y los cosechadores son los ángeles.
Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de la misma manera sucederá al fin del mundo.
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y estos quitarán de su Reino todos los escándalos y a los que hicieron el mal, y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre. ¡El que tenga oídos, que oiga!”
Nuestro caminar requiere seguridades, busca comprender los misterios a los cuales hemos sido introducidos por la mistagogía, pero los cuales no podemos asimilar, porque rebasan nuestra capacidad. Queremos apropiarnos de Jesús y es cuando incurrimos en fanatismos, falsos profetas o figuras enfermizas, no lo podemos amoldar, sino todo lo contrario, es importante escuchar para así ser discípulo misionero.
En esta didáctica es cuando Jesús nos propone y nos dice, “el Reino de los Cielos se parece a…” porque quiere encontrar figuras para facilitar adentrarnos a los misterios. De ahí, inicia este texto con la comparación de la semilla, seguirá con el grano de mostaza para culminar con la levadura.
Se parece a una semilla, pudiera parecer una comparación con lo más burdo o sencillo, pero no pudo encontrar un mejor símil. Como hemos comentado, el sembrador debe conocer la calidad de las semillas a plantar, está seguro de su procedencia y sabe darán un fruto a su tiempo.
Pero en el campo es factible el hecho de encontrar también semillas las cuales darán cizaña la cual va minando el fruto esperado. Pero durante su crecimiento es imposible separarlas porque se corre el grave riesgo de matar lo bueno.
El sembrador pudiera eliminar y arrancar la cizaña pero permite crecer, porque es muy probable que el fruto supera y se convierta en algo mejor.
En cuanto está la siembra, no sólo se puede, sino de debe separar el fruto bueno del podrido y la cizaña por tanto, se quema. Así se obtendrá una cosecha con la cual dará vida a quien se beneficie de ella.
Nosotros somos plantados en el mundo, como esa semilla llegamos para dar fruto, no podemos desperdiciar nuestra vida y no ir de acuerdo al plan de Dios, porque corremos el grave peligro de mal gastar un don tan preciado.
La presencia del maligno en nuestras vidas, permite una oportunidad para levantarnos de nuestros errores, de sacudirnos el polvo y volver a comenzar, porque Él es paciente. No nos trata como merecemos, es paciente. Al final permite ver el fruto para tomar una decisión.
El grano de mostaza, quienes lo hemos tenido en la mano, sabemos lo insignificante de su tamaño, pero cuando es cosechado, da uno de los arbustos más grandes, de lo más pequeño, da lo más abundante.
Nosotros somos eso ínfimo en las manos de Dios, Él es paciente, aún así nos siembra, porque sabe el resultado y la potencia de dar un gran arbusto. Pero es fundamental dejar a Dios ser Dios, es Él quien tiene que sembrar, pero nosotros cooperar con nuestro caminar de fe.
La levadura, quienes cocinamos sabemos la importancia de la levadura, porque es quien da cuerpo a las cosas, da consistencia, las crece, eleva, pero si se pasa de calor, estropea todo el trabajo.
Gran reto, el lograr entrar en la cosecha del sembrador, poder ser un fruto digno, no desperdiciar nuestra vida, aprender de nuestros errores, pero lo más importante, crecer en el amor.

jueves, 14 de julio de 2011

Una degradación legal

En días pasados, la Suprema Corte de Justicia de la Nación facultó a los Tribunales para poder resolver asuntos relacionados con el fuero militar, ello implica prácticamente la desaparición de dicho fuero.
Han sido muy diversas las reacciones al fallo de la Corte, han sido las mayores las cuales se han manifestado como un avance en la defensa de los derechos humanos, pero el problema no es de una resolución, sino de origen.
Para nuestro parecer es una degradación legal porque es un voto de desconfianza en nuestras fuerzas armadas. Porque se está afirmando de la incapacidad de la justicia militar para actuar de acuerdo a un marco legal propio del Derecho Militar.
El problema venidero será muy amplio, porque se requiere ahora un reglamento aplicable a los militares sospechosos de delitos en materia de derechos humanos. Como se encuentra actualmente es muy vago y ambiguo y no hay un marco de maniobra preciso.
El génesis del problema es el indebido uso del Ejército, Fuerza Aérea Mexicana y Armada de México en labores propias de las policías locales, estatales y federales. Han convertido a las fuerzas armadas en policías locales, siendo la labor propia de los militares el salvaguardar la soberanía nacional.
Es muy triste ver la forma en la cual poco a poco se va mellado la percepción de los civiles sobre su Ejército. Se ha perdido el respeto a una Institución de gran honor y patriotismo, al grado de acusarlos de delitos, entre ellos de violación recurrente de los derechos humanos.
Ahora, por otro lado, la solución del conflicto ya no es sólo regresar a los cuarteles a los miembros castrenses o eliminar su fuero. Es el replanteamiento de la estrategia del Gobierno contra el crimen organizado. La cual debe ser, como lo hemos mencionado, integral, abarcando todos los sectores y ámbitos de la sociedad y no sólo con balas, amenazas o reformas.
Yo quiero renovar mi respeto por las Fuerzas Armadas y agradecerles por su compromiso con México. Les reconozco su honor y patriotismo. Yo confío en cada uno de ustedes.

Un fallo histórico

En nuestro editorial de mañana comentaremos el tema...

domingo, 10 de julio de 2011

La calidad de la tierra

Hace muchos años, durante unas Misiones de Semana Santa, me tocó comprobar el Evangelio del XV Domingo del Tiempo Ordinario (Mt 13, 1 – 23).
““Aquel día, Jesús salió de la casa y se sentó a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a él, de manera que debió subir a una barca y sentarse en ella, mientras la multitud permanecía en la costa.
Entonces él les habló extensamente por medio de parábolas. Les decía: "El sembrador salió a sembrar. Al esparcir las semillas, algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron.
Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron.
Otras cayeron entre espinas, y estas, al crecer, las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta. ¡El que tenga oídos, que oiga!".
Los discípulos se acercaron y le dijeron: "¿Por qué les hablas por medio de parábolas?". El les respondió: "A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no. Porque a quien tiene, se le dará más todavía y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene.
Por eso les hablo por medio de parábolas: porque miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden. Y así se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice: Por más que oigan, no comprenderán, por más que vean, no conocerán,
Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido, tienen tapados sus oídos y han cerrado sus ojos, para que sus ojos no vean, y sus oídos no oigan, y su corazón no comprenda, y no se conviertan, y yo no los cure.
Felices, en cambio, los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen. Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron; oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron. Escuchen, entonces, lo que significa la parábola del sembrador. Cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata lo que había sido sembrado en su corazón: este es el que recibió la semilla al borde del camino.
El que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que, al escuchar la Palabra, la acepta en seguida con alegría, pero no la deja echar raíces, porque es inconstante: en cuanto sobreviene una tribulación o una persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumbe.
El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar fruto.
Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y la comprende. Este produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno"”
El proyecto de Jesús en nuestra vida hace confrontarnos con este texto evangélico, porque suscita una voz en nuestro interior para ver la calidad de la tierra en la cual el sembrador va a depositar su semilla.
El seguimiento de Jesús no es una tarea sencilla, porque es desenmascararnos para aventurarnos a comprender la verdad de nuestra vida y la forma en la cual la vivimos. Pero gracias a ello es cuando aprendemos a vivir en libertad.
Cristo busca hacernos comprender la forma en la cual debemos reaccionar ante su palabra. Porque para poder sembrar es fundamental preparar el campo, no basta arrojar la semilla.
Para preparar la tierra se tienen que hacer muchas cosas antes si quiera de poder pensar en sembrar. Para comenzar es fundamental hacer surcos, de una profundidad suficiente para proteger a la semilla y permitirle el flujo del agua. Si el surco es demasiado profundo la semilla no alcanzará a tomar el agua necesaria. Si no es tan honda, la semilla será arrastrada por el agua.
La primera cosecha será necesaria quemarla para poder alimentar la tierra, curioso morir para dar vida, de no hacerlo el suelo no será tan fértil. Cuando se tiene el campo, es fundamental colocar una barrera de árboles para proteger a la semilla de los vientos, para evitar perderlas en el aire.
Pues todo lo anterior, es igual en nuestra alma. Jesucristo no pudo explicarlo de la mejor manera el proceso de conversión. Por eso enseñaba en parábolas, para poder hacer más asequibles los misterios de Dios. Porque Él mismo lo dice, miran y no quieren ver, escuchan y no quieren oír, no entienden de otra manera.
Dios para poder entrar en nuestros corazones va comenzando una labor con la ayuda de los hombres, va dejando huella más y más profunda. El hombre debe colaborar, debe permitir al sembrador hacer su trabajo, también debe convertirse en el arado para surcar y romper y desmembrar su propio yo.
Sólo cuando se ha desmenuzado nuestro yo, es cuando en verdad el sembrador puede hacer su labor. Quién mejor para saber el cultivo a sembrar, quién mejor la forma en la cual se ha de repartir y esparcir.
Al final la responsabilidad del fruto será de nosotros, por la forma en la cual colaboramos a preparar el suelo y de nuestra disposición, pero también de nuestra profundad del conocimiento de Dios. Es una gran responsabilidad, la cual lleva una gran recompensa, la vida eterna.

viernes, 8 de julio de 2011

Una verdad en boca propia

En el tema de las elecciones, en particular de las alianzas entre espurios y legítimos, es importante tomar en cuenta las declaraciones de un verdadero panista como lo es Diego Fernández de Ceballos.
Par quienes conocemos la trayectoria de Diego, sabemos su ideología, su congruencia, pero en especial su forma de hacer política. Él ha sido siempre un militante distinguido de Acción Nacional y en un punto de vista, es un panista de una sola pieza a diferencia de los actores actuales.
Diego ha hecho una crítica muy severa hacia su partido en relación a las alianzas, él, haciendo gala de su destacada y bien conocida elocuencia definió el sentido o el sin sentido de las alianzas. ¿Es el único que se dio cuenta del gravísimo error cometido por Acción Nacional?
Aquí una transcripción de sus dichos:
“Fue un crimen que no se merecía el PAN, buscar a toda costa, sin dignidad, sin talento, sin sensatez, una alianza con quien te está repudiando, te está ofendiendo, agrediendo y descalificando: eso es por lo menos idiota”.
“No puedo imaginarme que alguien sostenga ese tipo de alianzas con quien te desacredita, te acusa y te escupe la cara, y sin embargo se busca obsesivamente la alianza porque lo importante era ganarle al PRI”.
Bien por el Jefe Diego, un político congruente en medio de la incongruencia e idiotez de Acción Nacional, una verdad en boca propia. Es una pena porque se necesita el equilibro de la “derecha” en el tablero de la política nacional.

Un ejemplo a seguir

En verdad es gratísimo escribir sobre los logros de compatriotas, de mexicanos ejemplares como son los integrantes de la Selección Sub 17. Durante toda la Copa del Mundo de su categoría han dado un testimonio de verdaderos guerreros para convertirse no sólo en finalistas, sino en una inspiración para México, el cual está sediento de grandeza.
Los jóvenes integrantes de la Selección Sub 17 han logrado lo imposible, unir a México para apoyar una causa por una vez, sin colores partidistas, sin ideologías o doble intensiones. Estos jóvenes han inspirado al País, porque han demostrado que México es mucho más que violencia, corrupción o “ya merito”.
Es importante agradecer su testimonio de entrega hasta el final, no desanimarse, no disminuirse ante los retos, siempre adelante y con la confianza puesta en la victoria, es tiempo de tirar el “sí se puede” porque involucra la mentalidad de total, ya estamos derrotados, capaz en una de esas pega.
Un ejemplo a seguir de estos jóvenes guerreros, en lo cotidiano, en lo ordinario, ir más allá y no tener miedo a exigirnos a dar el 100%. Bien por estos jóvenes quienes representan lo mejor de México.

miércoles, 6 de julio de 2011

De todo un poco

Vamos a la mitad de la semana y varios temas han acaparado la atención del público mexicano, entre las más comentadas son, los resultados de las pasadas elecciones en cuatro entidades federativas; la guerra de declaraciones entre la querida Profesora Gordillo y uno de sus esbirros, Miguel Ángel Yúnes. En otras noticias, una triste, el deceso de la compañera Hilda Anderson Nevárez el pasado cinco de julio.
De todo un poco, pues el PAN y el PRD siguen buscando culpables y levantando los escombros después del paso de la mole priísta por los Estados de México, Nayarit, Coahuila e Hidalgo. Como dirían los clásicos, la derrota es huérfana y acéfala. Las aves carroñosas comienzan a darse un festín de los caídos, entre ellos Marcelo Ebrard y la carroña de carroñas, Andrés Manuel López Obrador.
Los blanquiazules, haciendo gala de su cinismo afirman sobre un pequeño revés en estos Estados, pero están confiados en ganar en el 2012. Ellos afirman están en las mismas condiciones del 2006, pero no cuentan con el fenómeno del PRI unido y con un aspirante imparable. Ni todos los enanos quienes han levantado la mano representan una fuerte amenaza para el Tricolor.
En otra línea, la guerra declarada entre la profesora Elba Esther Gordillo y Miguel Ángel Yúnes. El meollo del asunto, son unos cuantos miles de pesos reclamados de ambas partes, unas a favor del poderoso gremio de los maestros y el otro para apoyar la campaña de Yúnes al Gobierno del Estado de Veracruz. Lo infame del caso, además de los personajes, es el resultado del enfrentamiento, nada. Muchos personajes políticos exigen se investigue pero quién lo va hacer, por eso se quedará en el espacio como una mera anécdota.
En un comentario y a manera de homenaje a la compañera Hilda Anderson Nevárez, quien acudió a la casa del Padre Eterno el pasado cinco de julio. Una mujer como pocas, Diputada en varias ocasiones, Senadora, Asambleísta, dirigente, una mujer más allá de su tiempo. Para los quienes tuvimos el honor de conocerla, sabemos el vacío sin su presencia, pero ella ha guiado el camino de muchas mujeres quienes hoy se abren el camino en diversos ámbitos de la vida nacional. ¡Descanse en paz la compañera Anderson!

lunes, 4 de julio de 2011

Tres de tres, zapato

El pasado tres de julio en tres Estados de la República Mexicana se tuvieron comicios para elegir Gobernador, en el caso del Estado de México, sólo fue Gobernador. En las entidades de Nayarit, Coahuila e Hidalgo también se renovaron los Congresos Locales y las Presidencias Municipales.
Los resultados eran de esperarse de las tres gubernaturas el Partido Revolucionario Institucional se las llevó, y en Hidalgo más de la mitad de los Diputados y Presidentes Municipales.
Esto es una clara muestra de lo que va a suceder en el 2012, está demostrado, los mexicanos necesitan un rumbo y una dirección, el PAN reprobó en su gestión de gobierno y se ha quedado patente en las urnas. Aunque también el PRD se ha convertido en la segunda fuerza política del país.
Todavía queda mucho trecho para las elecciones del 2012, pero no hay duda sobre el resultado, el PRI sigue construyendo instituciones, estructuras y trabaja todos los días para dar cuentas a aquellos quien han depositado su confianza en el tricolor. Pero lo más importante, es la congruencia del PRI, a diferencia del PAN y del PRD con sus alianzas incongruentes, entre espurios y legítimos, ninguno ha construido una sola institución o estructura.
El más beneficiado sin duda es el Gobernador del Estado de México, Enrique Peña quien demostró su fuerza y el resultado de un buen gobierno. Otro triunfador es el Prof. Moreira quien demuestra el éxito de su estrategia política. Por supuesto el PRI sale fortalecido y con altas miras en adelante. En Coahuila afianzó la posición, de la misma manera en Nayarit e Hidalgo.
El gran perdedor es Felipe Calderón, porque aún con imponer a su candidato en el Estado de México, Luis Felipe Bravo Mena, no consiguió si quiera alcanzar un decoroso segundo lugar, para quedar rezagado en un vergonzoso tercer lugar con una votación por debajo del 15%. Sin duda el PAN sale muy afectado de estas elecciones, demostrando la incapacidad de Gustavo Madero.
El PRD no se queda atrás, también fue un gran perdedor de la contienda, pero en especial Andrés Manuel López, su gallo, Alejandro Encinas no alcanzó a llevar el mensaje de Morena a la población del Estado de México.
De esta elección podemos afirmar, en lenguaje del dominó, tres de tres, zapato.

domingo, 3 de julio de 2011

Es el nuestro, es el tuyo, es el mío

Hoy se atraviesa la memoria de Santo Tomás Apóstol, pero la liturgia da precedencia al XIV Domingo del Tiempo Ordinario (Mt 11, 25 – 30).


“En esa oportunidad, Jesús dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños.
Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana"”.

Curiosamente hoy coincide este Evangelio con la memoria de Santo Tomás, porque el apóstol nos recuerda el sentido humano de la necesidad de palpar los milagros de Cristo en nuestra vida. Necesitamos ver las pruebas para poder creer en Jesús. Como Santo Tomás, si no veo, no creo.
Pero Jesús es claro en su mensaje, porque da gracias al Padre porque el Reino de Dios, sólo y únicamente será para aquellos de corazón sencillo. También dice, a aquellos quienes se hacen como niños, cuyo espíritu es puro y sin malicia.
Cristo quiso revelarse a los más sencillos del mundo, porque sembraba en tierra buena, sólo en esa tierra es capaz de dar fruto y en abundancia. Porque ahí en el camino de la fe es cuando podemos comprender el silencio de Dios, el cual nos purifica, fortalece, robustece y permite ir creciendo en una fe madura.
Por eso hoy en el Evangelio, Cristo nos dice, vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y es un llamamiento, es el nuestro, es el tuyo, es el mío. Es permitirle me conduzca por cañadas oscuras y que me lleve a verdes praderas, como reza el Salmo 22.
Cuando aparecen todas las dificultades y cada uno sabe, las espirituales, morales, económicas, sociales o la misma salud, es cuando nos sentimos agobiados, nuestras preocupaciones parece nos sepultan y arrollan, todo se torna negro. Llego incluso a sentirme abrumado, frustrado, desolado y eso mismo no permite levantar la cabeza y ver el porvenir.
El cansancio también se presenta, porque muchas veces las batallas nos cansan, en la vida espiritual cuando atravesamos un desierto, en la moral cuando pecamos de la misma manera una y otra vez, en lo económico cuando no vemos los resultados esperados. En fin, tantas batallas las cuales pudieran parecer como una pérdida de tiempo o de recursos. Por esa misma ofuscación es imposible analizar, batallas hay cientos, pero la guerra sólo es una.
El llamado de Cristo es un aliciente, es una bocanada de aire fresco y es una excelente forma de demostrar nuestra fe, en el testimonio de quien fue enviado para anunciar la Verdad y la Buena Nueva. Él nos lo prometió, nos aliviará, pero también nos dice, tomar su yugo, ese yugo es de amor, de aprender a aliviar la carga al otro, de poner en el corazón de Cristo toda nuestra vida y todo aquello que nos quita la paz interior.
Cristo nos invita a levantar la mirada, a limpiarnos el polvo y aprender a confiar, porque Él va con nosotros. Es como cuando le dijo Jesús a Tomás, anda, ven toca mis llagas y mis heridas para que creas. Ese es la certeza de fe con la cual contamos, Cristo sale a nuestro encuentro como en Emaús, porque El nos explica las Escrituras y parte para nosotros el pan.
Hoy podemos decir de este llamado que es el nuestro, es el tuyo y es el mío, es una invitación para creer para saber en quién podemos confiar porque Él está con nosotros todos los días hasta el fin de los tiempos.

sábado, 2 de julio de 2011

El poder de la transformación

Como habíamos anunciado, comenzaremos la serie sobre el poder de la transformación, la cual esperamos permita encontrar ciertos aspectos los cuales necesitamos trabajar para crecer.
Es muy importante partir de la premisa de establecer la distinción entre cambio y transformación, son conceptos radicalmente diferentes, porque detrás del cambio hay un matiz violento. Por su parte, transformación es una transición, es un proceso el cual es mucho más suave y permanente.
Cambiar esconde detrás un pensamiento sobre nuestro propio ser equivocado, es decir, no somos buenos de la forma en la cual actualmente somos y por tanto debemos modificarnos, ser diferentes y ello indica su imposibilidad de existir. Es como pedir ser otra persona ajena a nuestra propia esencia.
Transformación incluye un proceso de aceptación, porque tal como soy me da el derecho de existir, todo mi ser es capaz de ser (filosóficamente hablando) y aún mis pasiones, defectos, enfermedades, sombras y demás tienen un por qué. Ello me permitirá hacer un verdadero autoanálisis y auto – cuestionamiento para así encontrar un auténtico y genuino yo.
En ese ejercicio de autoevaluación, encontraremos nuestras pasiones, defectos, enfermedades, sombras, etc., como un clamor el cual busca un bien supremo, y me demostrará que en mí hay algo que busca vivir, aflorar. Cuando permito este proceso, comienzo mi trasformación hacia una mejor calidad de vida.