miércoles, 27 de junio de 2012

¿Qué nos dejaron las campañas políticas?

Hoy por fin terminaron los 90 días de las campañas políticas en nuestro país, pero en un ejercicio auténticamente democrático, deberíamos hacernos esa pregunta, ¿qué nos dejaron las campañas políticas?
Por el lado de las instituciones quedan muy mermadas, porque el árbitro encargado de las elecciones, dejó pasar una serie de tropelías y chapuzas por parte de algunos actores políticos. Permitieron se desarrollara una guerra sucia deleznable por parte principalmente, de dos contendientes y sus respectivos partidos postulantes.
Todo ello, generó un clima de encono y odio por parte de los simpatizantes y militantes de los diversos partidos políticos. El Instituto Federal Electoral, no generó un clima propicio para la discusión de ideas y en cambio, se privilegiaron  los arrebatos, calumnias, difamaciones y descalificaciones personales; las cuales rebajaron el nivel de política en nuestro país, dejando en claro en paupérrimo nivel de democracia mexicana.
Por parte de los medios de comunicación, unos, la mayoría en honor a la justicia, se mantuvieron neutrales favoreciendo en sus espacios la difusión de propuestas por parte de algunos de los candidatos. Pero es triste ver, el irresponsable papel de otros, los menos, quienes descaradamente apoyaron a candidatos en particular, minando su credibilidad y objetividad.
Pero también en justicia, algunos medios contribuyeron a minar la credibilidad del órgano electoral por revancha por la pérdida de ganancias, al eliminar la posibilidad de la contratación directa de espacios por parte de los Partidos Políticos, quedando el IFE, como el único encargado de realizar las pautas en los diversos medios.
En las siguientes elecciones será necesario regular un incipiente medio de comunicación alternativo, las llamadas redes sociales. En los presentes comicios se demostró el uso en algunos casos irresponsablemente de las mismas, promoviendo chismes, falacias, infundios, engaños y mentiras. Pero también, coadyuvaron a acercar al candidato con sus electores.
También en esta campaña, los llamados politólogos o analistas políticos, pensando equivocadamente ser los guardianes y garantes de la verdad, contribuyeron al encono entre militantes y simpatizantes, sirviendo a mezquinos intereses.
Algunos jóvenes engañados, enarbolaron un movimiento sin saber realmente de la manipulación de la que fueron sujetos. Demostrándolo ellos mismos al no poder llevar a buen término un manifiesto o un postulado de su plan de acción, sin sustento o propuestas. Las ocurrencias no cambian el destino de un país.
En resumen, ¿esto es democracia? ¿Este el cambio verdadero tan mencionado?
Ante todo ello, los mexicanos saldremos a votar libre y razonadamente, cada quien tiene sus preferencias muy respetables, las cuales deberán plasmaran en un sufragio, de acuerda a su conciencia.
El dos de julio México debe amanecer con un triunfo para la democracia y con la actitud madura de los contendientes; humilde en la derrota y generoso en la victoria.

domingo, 24 de junio de 2012

Un proyecto para cada uno

Hoy celebramos la solemnidad del Natalicio de San Juan Bautista (Lc 1, 57 – 66. 8), precursor del Salvador.
“Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo. Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella.
A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre dijo: “No, debe llamarse Juan”. Ellos le decían: “No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre”. Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran. Éste pidió una pizarra y escribió: “Su nombre es Juan”.
Todos quedaron admirados, y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios. Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea.
Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: “¿Qué llegará a ser este niño?”. Porque la mano del Señor estaba con él. El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel”.
Desde el inicio, desde antes de formarnos en el vientre materno, Dios tiene un proyecto para cada uno, el cual no lo propone desde toda la eternidad para nuestra total felicidad.
En el Evangelio nos narra la historia del natalicio de Juan el Bautista, quien daría el último anuncio de Jesús. El mismo nacimiento del Bautista sería un milagro en sí para demostrar la grandeza de Dios, porque se creía imposible para Isabel tener descendencia, pero para Dios no hay imposibles, Zacarías y cercanos serían testigos de ello.
Dios invita a los hombres a realizar su proyecto, a vivir en la felicidad plena para así alcanzar la vida eterna. El hombre entonces se convierte en colaborador de Dios para manifestar su grandeza, así como lo contemplamos en el Evangelio, desde Isabel quien cree en Dios para dar a luz a Juan y Zacarías al ser dócil en el pequeño detalle del nombre del pequeño.
Así Juan crecería en el espíritu para prepararse para la gran misión, prefigurar al Mesías y llegar a bautizarlo. Juan jugó un papel determinante en la historia de la salvación, porque debía presentar al Cordero de Dios, a quien no era ni digno de desatarse las sandalias; pero gracias a él, Cristo cumplió su misión.
Así como Juan, todos tenemos una gran misión, un determinado papel en la vida, no estamos por casualidad o por accidente, desde el vientre, Dios nos escogió y consagró para Él. Ahí es cuando eres consciente de tu vida, sobre el hecho de la imposibilidad de las casualidades y de la importancia de tu sí.
No hay papeles enormes o pequeños, al final la historia de la salvación tiene dos protagonistas, tú y Cristo.

domingo, 17 de junio de 2012

Sólo se cosecha lo sembrado

En el programa pedagógico de Jesús, llegamos al XI Domingo del Tiempo Ordinario (Mc 4, 26 – 34), donde explica su metodología a partir de parábolas.
“Y decía: "El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin grano abundante en la espiga.
Cuando el fruto está a punto, él aplica en seguida la hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha". También decía: "¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo?
Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra, pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra".
Y con muchas parábolas como estas les anunciaba la Palabra, en la medida en que ellos podían comprender.
No les hablaba sino en parábolas, pero a sus propios discípulos, en privado, les explicaba todo”.
El mejor maestro es Cristo, busca la mejor manera de explicar los misterios del Plan de Dios en el mundo. Expresa en nuestro lenguaje la verdad del Reino de Dios, lo asemeja a una semilla.
Hace muchos años, durante unas Megamisiones en la Sierra Norte de Puebla, en un lugar llamado El Molino, un Señor me dio una catequesis sobre la semilla. Se acercó en donde estaba, porque la capillita de la comunidad está sobre una colina y en un extremo se pueden ver campos de siembra.
Me dice el señor, joven, aquí veo la grandeza de Dios, de su bolsa delantera saca unas semillas, porque Él me lo da todo, yo siembro con mucho esfuerzo, pero Él es quien saca el fruto y lo protege; a mí me corresponde sólo cosechar lo sembrado.
Cristo, va más allá, porque no ha escogido cualquier semilla, sino la de mostaza, la más pequeña, pero da una hortaliza muy abundante. La semilla sembrada en nosotros desde el nacimiento está destinada a crecer y dar fruto en abundancia.
Es cierto, sólo se cosecha lo sembrado, no se pueden obtener frutos no sembrados o esperar extras sin el trabajo adicional. Eso se ve tan claro en las personas, porque son resultado del esfuerzo personal y del entorno. Ahora viene la responsabilidad de reflejar al sembrador en nuestra vida.

domingo, 10 de junio de 2012

Sólo es posible en la unión

En el X Domingo del Tiempo Ordinario (Mc 3, 20 – 35), Cristo nos habla del peligro del maligno, quien busca la división.
“En aquel tiempo, Jesús entro en una casa con sus discípulos y acudió tanta gente, que no los dejaban ni comer. Al enterarse sus parientes, fueron a buscarlo, pues decían que se había vuelto loco.
Los escribas que habían venido de Jerusalén, decían acerca de Jesús: "Este hombre esta poseído por Satanás, príncipe de los demonios, y por eso los echa fuera".
Jesús llamó entonces a los escribas y les dijo en parábolas: "¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Porque si un reino está dividido en bandos opuestos, no puede subsistir. Una familia dividida tampoco puede subsistir. De la misma manera, si Satanás se rebela contra sí mismo y se divide, no podrá subsistir, pues ha llegado su fin. Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y llevarse sus cosas, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa.
Yo les aseguro que a los hombres se les perdonaran todos sus pecados y todas sus blasfemias. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo nunca tendrá perdón; será reo de un pecado eterno". Jesús dijo esto, porque lo acusaban de estar poseído por un Espíritu inmundo.
Llegaron entonces su madre y sus parientes; se quedaron fuera y lo mandaron llamar. En torno a Él estaba sentada una multitud, cuando le dijeron: "Ahí fuera están tu madre y tus hermanos, que te buscan".
Él les respondió: "¿Quién es mi madre y quienes son mis hermanos?". Luego, mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dijo: "Estos son mi madre y mis hermanos. Porque el que cumple la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre"”.
La expresión con la cual comienza el Evangelio es muy fuerte, habla de un aspecto irracional de Cristo, porque dice “se había vuelto loco”. Si hacemos un poco de memorial, la semana anterior los textos evangélicos se muestra el constante debate de Jesús con los escribas; siempre dando argumentos contundentes e irrefutables para mostrar una visión de acuerdo al proyecto de Jesús.
Pero como es lógico, el proyecto de Dios, estorba, molesta a quienes no lo buscan de sincero corazón, porque enfrenta las conciencias y marca una diferencia en un nuevo estilo de vivir, de cara a Dios. Por eso los escribas ahora buscan calumniar a Jesús acusándolo de estar poseso de Satanás.
Pero Jesús demuestra la insensatez de sus acusadores, porque no puedes expulsar a los demonios si estás bajo el dominio del maligno, porque no se puede dividir. Justo es el objetivo del Demonio dividir, destruir, desunir.
En esa desunión viene la desolación, el desasosiego y la desesperanza, entonces es cuando se cometen los pecados contra el Espíritu, los cuales no tienen perdón, pero no por la ausencia de la misericordia de Dios, sino por mi incapacidad de creer en el perdón de Dios y su misericordia.
Por eso, el proyecto de Dios tan demandante y exigente, sólo es posible en la unión. En todos los aspectos, en todos los ámbitos, la integridad y solidez dan certidumbre. Por eso, la familia unida tampoco funciona, la sociedad desunida menos, es inimaginable la desunión en la Iglesia.
He ahí el por qué llamaban loco a Jesús, porque al final del día la propuesta de es tan dura como hablar de unirte a quien te daña, a quien te calumnia, te difama o te hace daño, porque todos cabemos en el amor de Dios, vínculo de unión.
Sólo es posible en la unión con Dios lograr una profunda transformación.

jueves, 7 de junio de 2012

El juego democrático

Afortunadamente para todos los mexicanos el juego democrático está por terminar, las campañas políticas están por terminar, pero es importante reflexionar sobre lo vivido en los últimos días, lo cual puede servir de advertencia al futuro.
Hemos visto una campaña sucia, de lo más deleznable, fruto de un cuarto de guerra inexperto, e irresponsable. El resultado de la estrategia “de contrastes” fue la caída de la candidata del PAN al tercer lugar. Ahí marco lo “diferente”, en su irresponsabilidad al buscar polarizar al país, enfrentando adversarios políticos, pero se toparon con pared, porque los agraviados no respondieron a las calumnias y a la difamación.
En otra de las esquinas de esta contienda, los “amorosos” votaron su discurso de la “república amorosa”, para regresar con el mismo discurso de hace seis años. Buscan apostar irresponsablemente a boicotear las elecciones para desestabilizar al país. Llegando al grado de expresar ya la presencia o la preparación de un supuesto “fraude”, porque están consientes de su eventual derrota en las elecciones. El juego democrático también exige respetar la voluntad popular, esa es la perversión de la democracia.
Quien se ha conducido con responsabilidad es el candidato del PRI, porque no ha dividido a México, ha buscado el voto y la simpatía de los electores, ha sorteado baches y traspiés de los adversarios. Al seguir el rumbo de las encuestas, podrá convertirse en el próximo Presidente de TODOS los mexicanos.
El uno de julio por la noche se manifestará la mayoría de los mexicanos a favor de un proyecto y de una persona, ahí deberá comenzar la operación de sanación entre las fuerzas y corrientes políticas. Porque el dos de julio lo importante debe ser pensar y actuar por México.

domingo, 3 de junio de 2012

La perfecta unidad

En éste domingo, recordamos la Santísima Trinidad (Mt 28, 16 – 20), la perfecta unidad.
“Los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado. Al verlo, se postraron delante de Él; sin embargo, algunos todavía dudaron.
Acercándose, Jesús les dijo: "Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo””.
La Trinidad surge del amor perfecto entre las Tres Personas de la Trinidad, es un misterio, pero un misterio de amor. El Padre engendra al Hijo y de la unión de ambas personas es el Espíritu Santo. Tres personas distintas una misma naturaleza.
El reflejo de la Trinidad se da en la Iglesia con Cristo, una unión perfecta de amor, donde justo el amor y la acción del Espíritu Santo guía los pasos hacia el Padre. Ahí se ve la obra de Dios, porque la Iglesia permanece a pesar de los hombres.
Por eso en este Evangelio vemos la comunión de Cristo con sus apóstoles, pero también es patente la duda de los cercanos, de sus allegados, están con Él y aún dudan. No estaban tan dispuestos a permitir madurar en la fe.
Pero Jesucristo no le importaba, porque la misericordia de Dios es más grande que cualquier pecado. Con ellos, con quienes estaban ahí, otorga la misión esencial de la Iglesia, ir por todo el mundo a bautizar a toda creatura en el nombre de la Trinidad, para hacerlos testigos y discípulos; con la promesa de estar todos los días hasta el fin del mundo.
La fe en la Trinidad es la única capaz de transformarnos, porque por el mismo amor fruto de ella irradia toda la vida, da sentido a todo, permite crecer y madurar. Pero también ese misterio nos recuerda, nuestra pequeñez dentro de un gran proyecto de Dios para nosotros, somos parte de ese inmenso amor y experimentamos la certeza de la Verdad.
En nuestra vida cotidiana, admiramos un reflejo de la Trinidad en la familia. El amor profesado es fruto de la Trinidad. La familia forma una Iglesia doméstica, donde la Trinidad actúa de la misma manera como en la Iglesia.
La Trinidad se convierte en fundamento del amor, pero también de la fidelidad a ese amor. Porque conocemos la promesa de Cristo de estar todos los días hasta el fin del mundo y así podemos caminar con confianza por el mundo.