Afortunadamente para todos los mexicanos el juego
democrático está por terminar, las campañas políticas están por terminar, pero
es importante reflexionar sobre lo vivido en los últimos días, lo cual puede
servir de advertencia al futuro.
Hemos visto una campaña sucia, de lo más deleznable, fruto
de un cuarto de guerra inexperto, e irresponsable. El resultado de la
estrategia “de contrastes” fue la caída de la candidata del PAN al tercer
lugar. Ahí marco lo “diferente”, en su irresponsabilidad al buscar polarizar al
país, enfrentando adversarios políticos, pero se toparon con pared, porque los
agraviados no respondieron a las calumnias y a la difamación.
En otra de las esquinas de esta contienda, los “amorosos”
votaron su discurso de la “república amorosa”, para regresar con el mismo
discurso de hace seis años. Buscan apostar irresponsablemente a boicotear las
elecciones para desestabilizar al país. Llegando al grado de expresar ya la
presencia o la preparación de un supuesto “fraude”, porque están consientes de
su eventual derrota en las elecciones. El juego democrático también exige
respetar la voluntad popular, esa es la perversión de la democracia.
Quien se ha conducido con responsabilidad es el candidato
del PRI, porque no ha dividido a México, ha buscado el voto y la simpatía de
los electores, ha sorteado baches y traspiés de los adversarios. Al seguir el
rumbo de las encuestas, podrá convertirse en el próximo Presidente de TODOS los
mexicanos.
El uno de julio por la noche se manifestará la mayoría de
los mexicanos a favor de un proyecto y de una persona, ahí deberá comenzar la
operación de sanación entre las fuerzas y corrientes políticas. Porque el dos
de julio lo importante debe ser pensar y actuar por México.
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