martes, 16 de noviembre de 2010

Con esos amigos….

Es complicado encontrar palabras para definir la relación existente entre la dirigencia del PRD y Andrés Manuel López Obrador. Desde la llegada del grupo de los “Chuchos” se ha mermado la relación entre ellos y el autoproclamado “presidente legítimo”.
Lo positivo del tema no es para los perredistas o los “pejistas”, sino para los priistas del Estado de México porque mientras los del “sol azteca” quieren ir en coalición con Acción Nacional para las próximas elecciones en ese Estado, los simpatizantes del tabasqueño lo quieren impedirlo a toda costa.
Eso se ha visto reflejado en las últimas horas, porque Andrés Manuel ha paseado municipio por municipio para convencer a sus huestes de lo perverso de la coalición. En tanto, los “chuchos” harán lo mismo para señalar las bondades de ir juntos con el PAN.
Es una realidad, ninguno de los dos partidos podrían vencer al tricolor en las elecciones del Estado de México, pero también, el éxito dependerá de quién sea el candidato del PRI.
Insisto, por el bien de la democracia y de los mexiquenses, las fuerzas políticas deben presentar candidatos con sólidas propuestas, con ideologías claras y proyectos de continuidad, para así, puedan, los mexiquenses, escoger la opción de su preferencia. Pero también, la calidad de los abanderados, será determinante para debatir y confrontar ideas, en un ambiente democrático, donde el único ausente sea la guerra sucia y las descalificaciones personales.
Pero al paso emprendido, el candidato opositor llegará mermado por las pugnas internas, con esos amigos…

2 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Pues con mi muy limitado conocimiento de política, sólo puedo opinar que sin duda nuestro país se encuentra en una situación "suigéneris", o más bien, es la historia más vieja del mundo: políticos vinculados con la farándula y vendiendo su imagen cual galanes de telenovela, populistas enardeciendo multitudes adormecidas y el negro y el blanco queriéndose fusionar para acabar siendo, al fin y al cabo, gris.
Lo que sí me queda claro, es que, visto el nulo conocimiento que tienen casi todos nuestros políticos de la historia mexicana -lo cual se vio patente en una celebración del bicentenario sin estrategia alguna ni proyecto nacional- irá ganando terreno el que más se aproveche de esta gran arma.
Nuestro locuaz expresidente Fox tuvo a bien renunciar a la Plaza de la Constitución, la cual había sido a través de la historia -y permanece en la memoria nacional colectiva- como el centro del poder de la federación. Le entregó la gran plancha al oriundo de las tierras pantanosas en charola de plata, renunciando prácticamente a la autoridad que le había sido dada con su investidura presidencial.
¡Ah! pero nadie contaba con la astucia de don Chelo Ebrard, que ya se ha mandado hermosear su propio podio de honor desde el cual emitirá sus muy sentidos discursos de candidatura: el monumento a la Revolución. Antes despreciado y menospreciado, ahora está convertido en un reluciente recinto digno de convertirse en el nuevo símbolo del poder y de robarle adeptos al tan desgastado símbolo del zócalo, agotado ya de su reciente era "pejista".
Ahora, que Cometín, Jimmy Neutron, el gaviota, o como se le quiera llamar, también parece no haber pasado de noche sus clases de historia. En su gobierno, Peña Nieto ha implementado consistentemente una estrategia cultural a través de la edición de libros con motivo del bicentenario y aparenta tener idea de lo que significa un proyecto de nación a través de la cultura. Al menos éste sí leyó la biografía de Vasconcelos -o al menos se platicaron... Ya se verá si realmente ha descubierto el hilo negro de la estrategia de unidad de nación: el forjar un imaginario de la identidad nacional a través de la cultura -el cual, no es de ninguna manera un "hilo negro"... Leamos historia.
Y ¿el PAN? ¿Qué se traerá entre manos? (?????????) O es que acaso ¿trae algo entre manos? Esperemos que al menos sepa de pantones y mezclas cromáticas: mezclar negro y blanco siempre dará gris, gris, GRIS.

En fin, lo único que puedo augurar, con mi muy limitado conocimiento de política, es que las próximas elecciones presidenciales de México pondrán los ratings a tope y resultarán en un evento kafkiano bastante interesante... AH NO, ¡¡CÓMO NO!!

Ma. del Pilar Cuairán Chavarría, su servilleta.