lunes, 22 de noviembre de 2010

47 years ago!

El 22 de noviembre de 1963 el pueblo norteamericano era testigo de un crimen sin precedentes, en la Ciudad de Dallas, Texas; el Presidente John Kennedy fue asesinado ante la mirada atónita de su esposa Jaquelin Kennedy Onassis, del Gobernador de Texas John Connally y cientos de testigos en la Plaza Dealy, sin mencionar, al Servicio Secreto, incapaz de reaccionar a tiempo, con excepción del agente Clint Hill
Han pasado 47 años, si se visita la Plaza Dealy es posible escuchar el eco de las balas asesinas. Algún curioso marcó con los cruces el sitio donde recibió los impactos el Presidente y el Gobernador Connally.
47 años marcados por irregularidades y anormalidades. Por ejemplo, por qué permitieron los agentes del Servicio Secreto circular sin la burbuja de seguridad de la limusina en una ciudad tan hostil como Dallas; por qué transitar a 15 millas por hora; por qué permitir durante el recorrido tantas ventanas abiertas y lo más importante, por qué la curva en el recorrido entre Houston y Elm.
Otras muchas interrogantes, el por qué enfrenó el conductor, William Greer, al momento de los disparos. O por qué el agente más cercano al Presidente, Roy Kellerman no reaccionó al momento y fue el agente Hill más lejano, pues viajaba en el vehículo trasero, fue el único en correr a la limusina presidencial.
La posterior investigación llevada a cabo por la comisión Warren, al frente de Earl Warren, Jefe de la Suprema Corte de Justicia; cayó en una serie de inconsistencias y contradicciones, como la teoría de la “bala mágica” la cual habría ocasionado heridas a ambos hombres tanto a Kennedy como a Connally.
En fin, un fracaso y una burla la investigación la cual arrojó como responsable a un solo hombre, Lee Harvey Oswald.
Tras insistentes presiones, en 1976 se creó un Comité Selecto de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos para los asesinatos de John F. Kennedy y Martin Luther King. La investigación duró tres años y en 1979 concluyó un posible complot en el asesinato del Presidente, sin aportar nombres o móviles para el asesinato.
Han pasado 47 años y hoy es una realidad, no se conoce quién disparó al presidente, el por qué y quién está detrás de todo.

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