miércoles, 13 de octubre de 2010

Echeverría tenía razón…

En verdad hemos recibido en todo el mundo con gran alegría la noticia sobre los mineros rescatados en Chile. Chile entero se volcó en apoyo a las personas atrapadas en las minas, jugadores y equipos de fútbol enviaron camisetas, balones, etc.; el Santo Padre envió Rosarios; en Grecia les esperan con alegría, en fin. Todo el mundo quiere honrar a los héroes.
En una mezcla de sentimientos, este incidente trajo a la memoria el trágico accidente en la mina Pasta de Conchos, esa catástrofe sacó lo peor del gobierno del sexenio anterior, donde demostró la incapacidad para hacer frente a la crisis, las mentiras elaboradas por el entonces Secretario del Trabajo, la corrupción del Sindicato Minero y muchas otras cosas.
Cuando celebramos la resurrección de las personas, nos alegramos y emocionamos al ver en vivo el rescate, las expresiones de las familias, las reacciones del Presidente de Chile y tantos gozos. Muy diferente a Pasta de Conchos, donde sólo presenciamos el caos, la tristeza y la desolación.
¿Qué hace Chile a diferencia de México? ¿O Brasil, Argentina? No solamente por su forma acertada de reaccionar ante esta situación, sino en todos los aspectos, económicos, políticos y sociales. ¿Qué hace falta para poder tomar conciencia de la necesidad de trabajar por el país?
En la alusión del título de esta colaboración, recuerdo una célebre frase del Presidente Luis Echeverría Álvarez, “México para los chilenos, y Chile para los mexicanos”.

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