No te claves es una expresión muy popular entre los más
jóvenes, pero aún siendo una frase hecha, conlleva una gran carga filosófica y
antropológica. El hecho de no clavarte hace referencia a una realidad, no
dejarte llevar por tu imaginación o lo más apropiado, no hacer conjeturas o
suposiciones.
Cuántos problemas podríamos evitar si dejáramos ese vicio y
preguntáramos cuando tenemos dudas. La comunicación es una actividad
eminentemente humana, la cual se perfecciona por nuestra capacidad de diálogo,
pero las personas tememos usarla para preguntar, aclarar, rectificar cuando
tenemos dudas sobre la intensión de nuestro interlocutor al expresarse.
Las conjeturas nos llevan necesariamente a malos entendidos,
porque presuponemos el sentir del otro. Típico, me contestó de determinada
manera porque seguro está enojado porque… Y comienza la novela, cuando la
realidad era muy distinta o sencilla.
El problema es el círculo vicioso creado, porque de una mala
interpretación, me lleva al sentimiento, de eso al enojo y llegar al grado del
rencor. Cuando nunca hubo un verdadero motivo para realmente llegar a echar a
perder una relación de cualquier tipo por una suposición.
No te claves cuando tengas dudas pregunta, cuando no
entiendas pide rectificación. También el no clavarte implica otra dimensión, en
no ser curioso, por no decir metiche, entonces aprenderás a vivir en la
verdadera libertad de poder vivir sin ningún influjo de ninguna especie, pero
también a dejar al otro ser.
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