En unos días, cumpliré años y he decidido comenzar una serie
para compartir mis razones por las cuales me siento muy agradecido. La he
llamado y tanto para agradecer. En esta ocasión es a 11 días y tanto para
agradecer.
Quisiera comenzar con el autor de todo, con el Creador,
porque a lo largo de tantos años siempre se ha manifestado en mi vida, guiando,
iluminando, transformando y también, probando.
Guiando porque siempre me ha mostrado de una forma u otra un
camino a seguir, invitándome a un plan, el cual en la gran mayoría de las
ocasiones he abrazado, pero también cuando me he alejado, siempre me ha
inundado con su gran misericordia.
Me ha iluminado, por la inhabitación Trinitaria, donde hoy
agradezco el regalo de la fe; iniciada por el Bautismo, llevada a la plenitud
por la Confirmación y robustecida con la Eucaristía frecuente. Ello ha permitido
la acción del Espíritu Santo con sus dones y frutos, para así buscar siempre el
mejor camino. Pero también para ir en un sentido recto de la vida.
Todos los días me transforma, para invitarme a modificar
aspectos de mi vida los cuales entorpecen mi crecimiento, mis sombras, para al
lograr reestructurarlas den vida y me plenifiquen.
Pero también, al probarme, ha permitido acrisolar mi fe,
sustentar las dificultades en esa fe madura, la cual me ha llevado años
construir, pero la cual se ha tambaleado en ocasiones. Pero Dios siempre se ha
valido de instrumentos para recordarme su infinito amor por mí, porque me ha
demostrado su amor por mí y no por lo hecho o lo omiso.
Son limitadas las palabras para expresar la gratitud por el
amor de Dios, porque yo no hice nada para merecerlo, no lo busqué, no lo pedí.
Pero desde toda la eternidad, desde el momento en el cual Dios me pensó, me
amó, con lo único con lo cual se puede retribuir en algo, es en el amor. Pero
creo nunca podré vivir lo suficiente para amarlo con Él me ama, pero al menos
lo estoy intentando todos los días y a cada momento.
Un forma en la cual he experimentado ese amor es a través
del mayor regalo que me ha hecho, mis padres.
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