viernes, 24 de agosto de 2012

Un poco de todo

Las semanas transcurridas han sido testigos de diversos hechos, desde el escándalo de la banda de 2.5 expropiada a MVS, la desarticulación de las supuestas pruebas del fraude electoral; el artículo de Le Monde sobre el fracaso de la “guerra contra el crimen”; los fanáticos religiosos en Nueva Jerusalén y por supuesto, la cereza del pastel, la balacera a una camioneta de la Embajada de los Estados Unidos.
Hace dos semanas el gobierno expropió a la empresa MVS la banda 2.5 del espectro radioeléctrico. Dicha acción ha generado una serie de especulaciones y revelaciones dignas de una novela. El gobierno federal insiste en la justicia en la expropiación por no llegar al acuerdo con la empresa de la familia Vargas, pero en realidad, dicha acción “legal” se debe a la revancha por los dichos de la periodista Carmen Aristegui, quien cuestionó sobre un supuesto alcoholismo por parte de Felipe Calderón.
El punto central es el pleito ya recurrente con la supuesta libertad de expresión de nuestro país. Un periodista debe ejercer su derecho a informar de forma responsable, pero también no debe ser sujeto a persecución por sus dichos. En el fondo también se ve la disputa de poderes entre los grandes concesionarios, quienes están afilando los cuchillos para obtener una tajada de la banda.
Por otro lado, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha comenzado poco a poco a desechar las supuestas pruebas de las “irregularidades” en el proceso electoral del pasado julio, provistas por el Movimiento Ciudadano.
Después de llevar un corral y otra serie de objetos, los magistrados han afirmado la improcedencia de las pruebas, sólo falta esperar el fallo a los documentos presentados y así poder dar la constancia de mayoría al candidato ganador. El problema será las acciones siguientes de Andrés Manuel al verse derrotado nuevamente. Seguramente las posteriores medidas serán radicales.
En otras cosas, en el Estado de Michoacán en un poblado llamado Nueva Jerusalén, un puñado de fanáticos religiosos, ha impedido a los niños y jóvenes de esa comunidad el poder tomar clases. En acciones anteriores incendiaron las instalaciones escolares y lo siguiente fue detener el inicio del ciclo escolar.
Lo triste del caso es la imposibilidad de las autoridades para impedir este tipo de actividades, pero más aún, la Secretaría de Gobernación, no ha tomado cartas en el asunto para limitar el florecimiento de este tipo de sectas nocivas y destructivas. Ahora esperemos en qué concluirá el conflicto en ese ya de por sí, lastimado Estado del país.
¡La cereza del pastel! Hoy por una confusión, elementos de la Policía Federal, balearon un vehículo diplomático procedente de la Embajada de los Estados Unidos. Gracias a la oportuna intervención de un miembro de la Secretaría de Marina, fue que el incidente no terminó en una catástrofe internacional.
Un poco de todo, pero pronto veremos el desenlace de algunos de los hechos comentados, esperando sean para bien.

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