lunes, 6 de agosto de 2012

A seis días y tanto para agradecer

La vida del hombre transcurre siempre en un plano ascendente. Lo natural deber ser ir creciendo, madurando, para así llegar a un zenit y luego comenzar el camino inverso, lleno de satisfacción, sembrar lo cosechado.
A seis días y tanto para agradecer, hago un alto para reflexionar sobre los aspectos de mi vida laboral, es cierto, me falta mucho por aprender, por conocer, por mejorar, pero lo más importante es la visión al respecto, quiero y tengo ganas de aprender crecer.
Ahí debo mencionar mi amor por la docencia, desde la primera oportunidad en Instituto Oxford desarrollé ese aspecto, la pasión por ayudar a crecer, por ser compañero de aprendizaje de jóvenes quienes están abriéndose paso en la vida. Dios muchas veces no concede ver frutos, porque uno siembra y otro cosecha, pero la demostración de los esfuerzos la tuve hace unos meses.
Posteriormente al integrarme al claustro académico de la Universidad Anáhuac México Sur, descubrí un mundo nuevo, lleno de posibilidades. Aprendí muchísimo más de mis compañeros de estudio, a todos mis alumnos siempre los llevo en mi corazón, porque son unas personas extraordinarias.
Ahora es mi tiempo de cosechar, pero estoy muy agradecido por todas las vivencias profesionales, he conocido gente muy interesante, pero aún cuando no siempre fueron buenas experiencias, tomé lo bueno y lo otro, fueron retos.
Agradezco porque tengo la vitalidad para emprender cualquier cosa, amo los retos, busco siempre ir a más, pero como he mencionado, estoy siempre abierto a aprender, son años de trabajo en la humildad para darme cuenta de la necesidad de aprender.
Estoy empezando una nueva época y pues adelante, con gusto, con un gran sentido de gratitud. Hay un gran entorno para ello.

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