Una de las grandes enseñanzas del hombre, es ser consciente
de su entorno, es decir, aprender a estar en presente, en cada circunstancia,
en ese momento. Dios siempre tiene sorpresas a cada instante. A cinco días y
tanto para agradecer, llevo una gratitud especial por la creación.
Las palabras para expresar la belleza de las cosas son
limitadas. Usaré las inmortales palabras de San Francisco, las cuales suscribo.
“Dulce es sentir
como mi corazón
ora humildemente
está naciendo amor.
Dulce es entender
que no estoy solo
pero que soy parte de una inmensa
vida
que generosamente resplandece
entorno a mí.
Es un don de Él de su inmenso
amor.
Me ha dado el cielo
y las claras estrellas
hermano Sol y la hermana Luna
La madre tierra
con sus frutos, césped y flores
el fuego, el viento
el aire y el agua pura
fuente de vida para sus creaturas
don de Él, de su inmenso amor,
don de Él de su inmenso amor”.
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