martes, 31 de julio de 2012

La importancia de la congruencia

Es más frecuente encontrar personas quienes no soy congruentes con su obrar y pensar. Ni si quiera son capaces de honrar un compromiso o una promesa, logrando ser indignas de confianza, atención o credibilidad.
Lo peor de la situación, se sienten víctimas de todo su entorno, pero no se dan cuenta de su responsabilidad de su soledad. Hacen imposible convivir con esas personas, porque todo, según ellos, está en su contra, todos conspiran, quieren afectarles o hacerles daño.
La importancia de la congruencia hace tomar consciencia de nuestra responsabilidad en las relaciones interpersonales. No puedo culpar a los otros de mi infelicidad, frustración y odios, porque son enteramente decisión mía, pero también, es mi deber coadyuvar para lograr un clima propicio.
Todo esto se refleja en cualquier grupo de pertenencia humano. En la familia si hay deficiencias en sus miembros será imposible tener una relación de amor, si quiera de tolerancia. La congruencia toma un papel fundamental, porque la familia se sustenta en compromisos de miembros, es decir, saber jugar en equipo, ahora tan de moda con las olimpiadas; pero es una realidad. Basta con uno para ser piedra de tropiezo, se rompe la armonía y no funciona.
Si se analiza este pequeño núcleo humano, el ejercicio se puede hacer una traspolación a cualquier ámbito, la empresa, los amigos, etc.
De ahí, entonces la importancia de la congruencia, porque una persona congruente con su decir y obrar, con su pensar y actuar, permite ser una persona de unión y no de división.

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