A varios días de concluidos los comicios electorales,
seguimos expectantes frente a la actitud de ciertos actores políticos quienes
la intolerancia y el capricho no les permiten ver la realidad de su derrota en
las urnas.
Han comenzado a tomar una actitud irresponsable y poco
democrática al querer desprestigiar todo el proceso electoral. Denuncian
prácticas sin pruebas y pretenden invalidad la elección.
Justo por no tener pruebas contundentes, las instancias
electorales desecharán las inconformidades y seremos rehenes de unos demócratas
autoritarios. Ya próximamente estaremos secuestrados por unos fundamentalistas,
víctimas de la manipulación siniestra de un personaje quien tiene captada la
izquierda.
La irresponsabilidad tiene polarizada a gran parte de la
población, porque el falso mesías de la “república amorosa” está sacando ya su
verdadera personalidad, quien ha sembrado el odio y la discordia.
Con estas demostraciones, sólo queda en evidencia el pobre
nivel de democracia de nuestro país, porque no existen valores fundamentales
como el respeto, la tolerancia y el diálogo.
Ojalá recapacitaran en sus posturas por el bien de México,
porque al final también se están vulnerando las instituciones, las cuales han
sido fruto de muchos años de esfuerzos y peligran por un necio.
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