Hoy particularmente, se celebra el “Día del amor y la amistad”, en el Santoral Católico se recuerda a San Valentín, pero la fiesta fue eliminada por el Papa Paulo VI.
Lo curioso es el hecho de la celebración en sí, porque no se necesita un día para celebrar la amistad permanente o el amor verdadero, para ellos, no existe el tiempo o la distancia. Ambos son eternos, son omnipresentes.
Para nosotros cada día de reunión con los amigos es día de la amistad, cada encuentro, cada plática, cada instante se vuelve un recuerdo invaluable. Los amigos se tornan parte de uno, aunque filosóficamente es imposible explicarlo, cada uno de nosotros adquirimos un trozo de nuestros amigos y lo hacemos nuestro, así como ellos toman un fragmento nuestro.
La amistad puede tornarse un vínculo tan fuerte, incluso más que el sanguíneo. Pero su cuidado lleva años, perderlo puede ocasionar una ruptura indescriptible. Al final la verdadera amistad supera todo.
Por su parte el amor, es la fuerza capaz de transformar al mundo, porque cuando se tiene la perspectiva del amor no hay lugar para el odio, la incomprensión, la desesperanza. El amor permite trascender a la persona, es tan sublime porque es en gran parte lo que nos asemeja a Dios.
Gracias a todos nuestros queridos amigos, porque ellos son parte de nuestra vida, con ellos compartimos alegrías y tristezas, pero lo más importante, hemos crecido y madurado juntos.
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