jueves, 15 de diciembre de 2011

A un paso

El Congreso se encuentra discutiendo uno de los grandes temas en materia de Derechos Humanos, la libertad religiosa, en esa materia junto con muchas otras el Estado mexicano está en deuda y debe continuar trabajando para garantizarlo.
El Artículo 24 de la Constitución consagra la libertad de culto de los mexicanos, pero a su vez limita las manifestaciones públicas de creencias religiosas. Es decir, en México no hay libertad religiosa.
La diferencia es muy clara porque se pueden tener las manifestaciones y expresiones religiosas dentro de un recinto, pero para llevarlas al exterior es necesario solicitar autorización al respecto. Es un acto violatorio de los Derechos Humanos fundamentales, el poder profesar un culto.
De cualquier modo, el Gobierno olvida su función principal, la de garantizar los derechos más no otorgarlos, es garante del cumplimiento y de la inviolabilidad de los mismos.
Estamos a un paso de logar avances sustantivos en Derechos Humanos en nuestro país, es una deuda del Estado a todos aquellos a quienes profesamos una religión y en nuestro caso la Católica donde dejaremos de “escondernos” para afirmar nuestra fe.
Sigamos por ese camino para consagrar ese y muchos otros derechos pendientes en el tintero de los legisladores.

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