jueves, 3 de marzo de 2011

¿Vamos para atrás?

Parece cada vez más complicado poder ir para adelante. Tenemos miedo de aprender a vivir en libertad, no es lo mismo libertinaje, la primera necesariamente requiere responsabilidad. Nos atemoriza la verdad y buscamos esconderla o camuflarla de algún modo para evitar su crudeza.
Vamos para atrás como país en muchas cosas, pero lo más triste es lo sucedido en las últimas horas a raíz de la censura de la película documental, “Presunto culpable”. ¿Cabe en un estado democrático la censura, la intolerancia o las descalificaciones? ¿Es creíble en pleno siglo XXI, la imposibilidad de ventilar los problemas sociales en público o en diversos espacios de opinión? ¿Qué nos da miedo? ¿La realidad de nuestro putrefacto sistema de justicia? ¿La inexistencia de un estado de derecho? ¿Enfrentarnos a la corrupción dentro de la “justicia” y los centros de readaptación social?
El cambio ya caducó, quedó anquilosado, obsoleto. Lo realmente necesario es la transformación desde lo más profundo del ser, es decir, su esencia. Es tiempo de dejar el México del “ya merito”, del “sí se puede”, para comenzar a construir los cimientos de Nación a la cual en verdad aspiramos donde se escuchen todas las voces y las opiniones por más adversas a mi pensamiento.
Si se logró hacer presión social para el regreso de la periodista Carmen Aristegui Flores a su espacio noticioso, es tiempo de hacer lo mismo para exigir la libre distribución de “Presunto culpable”, pero más allá de ello, exigir una transformación en el tejido social para construir las bases de un sistema de impartición de justicia apegándose a los jurisprudentes romanos, cuya máxima era “dar a cada uno lo suyo”. Ese es sólo el primer paso, ¿te atreves a vivir en la verdad y en libertad?

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