miércoles, 9 de marzo de 2011

Momentos…

Una gran canción versa sobre los momentos, es una gran verdad, la vida se hace siempre de instantes. La vida del hombre es por tanto un conjunto de momentos, los cuales no pueden ser juzgados o analizados por separado, no pueden ser aislados, siempre van en unidad. No uno sólo es la vida entera, ni la vida entera es un instante.
La vida se convierte en el arte de aprender a vivir cada segundo, aprovecharlo, disfrutarlo y estirarlo. Lo peor desgracia para un hombre es acostumbrarse a vivir, porque pierde su identidad de ser humano.
Si aprendemos lo efímero de los momentos comprenderemos el valor de la bienvenida, pero también de la despedida. Ello permitirá ir un paso más allá en las relaciones humanas porque cada persona será una pieza clave de nuestro rompecabezas, porque nos permitió construir un hermoso paisaje, nuestra vida.
Las despedidas se convierten en momentos tristes y confusos, porque marcan el fin de una época, pero también el inicio de otra. Las despedidas son una gran oportunidad para agradecer la presencia de personas especiales en nuestra vida, las cuales caminaron con nosotros, pero lo más importante, nos impulsaron, motivaron a dar siempre lo mejor e ir más allá.
Cuando se van personas queridas, dejan un hueco, pero nunca un vacío. Pero si son realmente especiales, nunca se van, seguirán con nosotros siempre. Porque a pesar de la distancia, el corazón lo acorta.
Y cómo dice el dicho, no es un adiós…

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