miércoles, 23 de febrero de 2011

La prueba más dura

Durante la mañana – tarde de hoy reflexionaba sobre la caridad, pero la caridad evangélica, es decir, la del amor, no la de obras u actos extraordinarios. Es el amor doloroso, del que da frutos.
La caridad se torna la prueba más dura en la vida del hombre, no por el hecho de tener una incapacidad de amar, sino por el contrario, amar hasta que duela. Son decisiones de vida, son momentos decisivos porque marcarán la existencia de las personas, porque al final, seremos juzgados en el amor.
Una persona puede creer amar toda la vida o en todo momento a alguien, pero basta un instante de duda, de adversidad para ser vencido por un mal momento, ahí cuando la herida sangra, es oportunidad para “echarle limón” para estar dispuesto a morir de una hemorragia.
La prueba más dura del amor viene casi siempre acompañada de enfermedad, de rencor, de burla, de ridículo. Ahí seremos probados, si ante la enfermedad podemos amar, si ante el rencor podemos perdonar, si ante la burla la aceptamos estoicamente o si ante el ridículo aprendemos.
Al final, la vida se resume en qué tanato fuimos capaces de amar….

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