Es increíble por no decir irreal, la salida sorpresiva del aire de la periodista Carmen Aristegui Flores de su noticiero radial, Noticas MVS. Se han especulado los diversos motivos por los cuales se declaró la suspensión de la relación laboral entre Carmen y MVS Comunicaciones.
La hipótesis aceptada es sobre lo ocurrido y comentado, en la emisión del pasado viernes cuatro de febrero, a raíz de la toma de la tribuna de la Cámara de Diputados por unos vándalos. La periodista hizo alusión al posible alcoholismo de Felipe Calderón y sobre la necesidad de la Presidencia de la República de hacer alguna declaración al respecto, en pocas palabras, de brindar explicaciones al respecto. Huelga decir, son justas y necesarias.
Las pruebas indican la responsabilidad de la oficina de Calderón en la presión a la radiodifusora en la salida de Carmen Aristegui. Pero en un ejercicio de memoria, sólo faltaba un pretexto para dar el paso, sino, basta con preguntar a José Gutiérrez Vivó.
Bienvenido el fascismo cuando no se respetan uno de los más importantes derechos consagrados en la Constitución, paradójicamente celebrada el pasado cinco de febrero. El artículo sexto de nuestra Carta Magna afirma: “la manifestación de ideas no será objeto de ninguna inquisición”. Prueba más del doble discurso “democrático”, donde se afirma la existencia de la democracia porque ganan los “PANdejos”, pero porqué censuran a los periodistas cuando publican algo que no es de su agrado. En un Estado democrático también debería estar garantizada la libertad religiosa, la libertad de disentir, denunciar y señalar o exigir.
Hoy los micrófonos están de luto porque una gran voz ha sido silenciada. Una gran periodista y colega fue censurada, pero afortunadamente la seguiremos escuchando y viendo por CNN en español. Carmen Aristegui fue arrollada por un borracho es la voz popular.
Cada vez estamos más y más lejos de ser un país donde impere la cultura democrática.
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