Muchas personas insisten en demostrar el amor o cariño a través de grandes regalos, detalles, atenciones; incluso llegando a pensar el supuesto precio de la amistad, del amor o el cariño.
Pero el secreto consiste en los pequeños detalles, el hecho de estar junto a un amigo en los momentos importantes, aunque la presencia física no es necesaria si se tiene la certeza de contar con esa persona. Muchas veces uno puede experimentar la soledad en conjunto como decía Camus, uno puede estar rodeado de “amigos” y sentirse sólo.
En el amor es lo mismo, los pequeños detalles hacen la diferencia, no hacen falta palabras, acciones, la compañía del otro, del amado en silencio. El amor no reclama, no exige, por el contrario, celebra, da, regala, encuentra. Mucho menos se le ocurre decir, la típica frase, “es que yo he dado y tú no…”.
El más grande de los pequeños detalles cuya existencia hacen la diferencia, es la donación, la entrega y la generosidad. Si no es de esa forma, entonces no vale la pena, no sirve, no funciona.
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