Las expresiones de falta de oficio político visto en esta semana sólo reflejan la incapacidad y parálisis de Acción Nacional, pero también, es un reflejo de la obsesión de Felipe Calderón de evitar lo impostergable, el regreso del Partido Revolucionario Institucional en el 2012.
En esta semana se enterró la posibilidad de la alianza opositora en el Estado de México, la cual no se tenía un candidato apropiado. Por un lado Alejandro Encinas, un político congruente, afirmó sobre su participación en los comicios como abanderado del PRD y la unión de las izquierdas, pero nunca con el PAN. En la acera de enfrente, el PAN postuló a Luis Felipe Bravo Mena en un verdadero dedazo sin consultar las bases del partido en la entidad, claro hubiera sido muy rápido, no hay muchos a los cuales preguntar. El señor Bravo Mena ha mencionado una y otra vez sus intensiones de ser el candidato de la alianza siniestra entre legítimos y espurios. De cualquiera de las formas, el PRI va a resultar vencedor.
En el mismo tema de las alianzas se desató la gorda cuando la Secretaria General del PAN dio a conocer los dichos de Felipe sobre las alianzas. No tardo ni perezoso el Secretario “de facto” de Gobernación, Gil Zuarth desmintió a la Secretaria General y también el mismo Acción Nacional.
Es por eso, cual sátira de Horacio, la situación del país se ha convertido en un verdadero caos. Pues en palabras del mismo Horacio, “El tiempo saca a luz todo lo que está oculto y encubre y esconde lo que ahora brilla con el más grande esplendor”.
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