Hoy comenzamos una serie breve sobre unas meditaciones del Cielo, o mejor dicho el Paraíso. Durante años, todos los
hombres nos preguntamos la incógnita fundamental, ¿qué hay después de la
muerte? ¿Qué es la vida eterna? ¿Cómo me preparo para ir a ella?
Si bien hay grandes maestros quienes han escrito sobre el
tema, nosotros queremos aportar en la medida de nuestras posibilidades al
particular, sin querer ofrecer una visión elevada o complicada sino dar un
panorama sobre nuestras esperanzas del más allá, para poder plantear una
visión, para poder afirmar, así es el Cielo.
Nos gustaría partir de la premisa ofrecida por la
Escatología, la cual a grandes rasgos es la rama de la teología la cual nos
brinda una visión de las realidades últimas, pero lo más importante la
esperanza sobre la cual están sustentadas.
Hay dos ramas sobre las cuales está fundada la escatología,
la individual y la general. La individual es el momento propio de nuestro
tránsito de la vida terrenal a la vida eterna, ahí experimentaremos nuestra
transfiguración como Cristo en el Tabor. Por su parte, la general, implica
necesariamente la Parusía, la segunda venida de Jesucristo donde será el juicio
universal.
Es importante hacer énfasis en un aspecto, no podemos hacer
premoniciones, ni especulaciones sobre el final de los tiempos porque nadie
sabe ni el día ni la hora, entonces ello nos invita a vivir en la libertad dada
por Dios.
El Paraíso es una realidad sobrenatural, la cual sobrepasa
nuestra capacidad de explicar, de comprender o siquiera imaginar, porque es la
presencia misma de Dios, es contemplarlo en su gloria y majestad.
La libertad juega un papel fundamental porque desde ahora se
comienza a construir el Infierno o el Cielo, porque al final el destino de cada
uno está marcado por las decisiones tomadas en libertad. El ir al Infierno o al
Cielo es nuestra libérrima elección.
Así pues, comencemos a escribir nuestro tránsito a la vida
eterna, para poder describir nuestra propia versión y decir así es el Cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario