lunes, 3 de junio de 2013

Lo mejor posible

Llevamos comentando desde hace tres entregas mencionando sobre sencillos pasos para aprender a vivir en libertad. Ninguno es externo, todos dependen de nosotros mismos.
En nuestra vida pasamos con incertidumbre sobre nuestro quehacer, ¿hice lo mejor posible? ¿Pude haber dado más? ¿Ya no había nada por hacer? Todo ello nos da intranquilidad, roba nuestra paz interior, pero lo más duro, es el constante reproche de nuestro implacable juez interno.
Entonces ¿qué hacer? En primer lugar ser muy conscientes de nosotros mismos, de nuestras capacidades y limitaciones, pero también, aceptarnos como humanos para así lograr dar el segundo paso, en nuestra vida, hacemos lo mejor posible.
Atención, lo anterior no significa vivir de forma mediocre o a la liguera, por el contrario, es estar dispuestos a dar la pelea todos los días, en todas y cada una de las tareas a realizar y por emprender, a dar el 100% en todas nuestras relaciones y a esforzarnos en el amor.
Lo anterior es muy demandante, por eso es importante a estar conscientes, hacemos lo mejor posible, nos entregamos a cada momento, en cada cosa; ello no implica el estar exentos a enfrentarnos a elementos o agentes externos los cuales nos impedirán obtener los resultados esperados, pero nosotros tendremos la seguridad de haber dado lo mejor de nosotros.
Así viviremos en paz interior y nuevamente seremos capaces de experimentar la verdadera libertad y por tanto ser felices. Al hacer lo mejor posible, estaremos listos para cualquier batalla, porque sabemos nuestra capacidad de entrega y dedicación, nuestra vida cobrará una nueva dimensión, el aprender a valorar siempre el aquí y el ahora.

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