miércoles, 11 de enero de 2012

En busca de la paz interior (VIII)

El ritmo de la vida ordinaria hace muy complicado darnos un momento para buscar nuestra paz interior, damos por sentado muchas cosas pero no somos capaces de dar una respuesta profunda, si soy feliz o si tengo esa paz tan anhelada. Esa es la diferencia entre aprender a vivir y ser persona.
En nuestro caminar, continuamos brindando unos puntos para alcanzar la paz interior, ahora, en las siguientes líneas comentaremos un aspecto fundamental para aprender a dejar vivir.
Últimamente se escucha la frase, “se han perdido los valores”, pero no es verdad, los valores son perenes por eso son valores. El cambio versa en la perspectiva sobre un determinado valor, más nunca el valor.
Valor, recordemos etimológicamente, viene del latín valere, el cual hace referencia a ser fuerte o estar sano; por tanto, el valor nos da fuerza y nos hace estar sano, una vida sin valores no tiene sentido. No basta andar pregonando sobre la ausencia de valores en la vida de las personas, es fundamental promover los valores, para así ser agentes de cambio.
El promover valores, no es ir señalando y criticando, mucho menos juzgando, es aprender a seleccionar los valores sagrados para mí y vivirlos, de acuerdo al ejemplo y a nuestra coherencia promoveremos con el ejemplo, no con palabras huecas sin sentido.
Cuando analizamos nuestro actuar, descubrimos nuestra dignidad y es cuando aprendemos lo valioso de nuestro ser. Así te despojas de la valoración del otro, ya no tiene importancia, porque dejarás de actuar en contra de tu dignidad; pero también, aprenderás a dejar vivir al otro como es.
Es cierto, muchas veces la primera impresión, es la primera impresión, involuntariamente haces un juicio de valor, pero suelta, no te permitas guiarte por ese primer instante, dale la oportunidad de ser, así como a ti te la dan.
El reto es aprender a abandonar el juicio sobre los demás, porque así tú serás libre.

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