Hemos recibido grandes noticias por parte de la Santa Sede,
porque Su Santidad, el Papa Francisco ha dado su visto bueno para incluir en el
coro de los Santos a dos Sumos Pontífices, los beatos Juan XXIII y Juan Pablo
II. Por otro lado, se incluirá entre el elenco de los beatos a Don Álvaro del
Portillo.
Nuevos aires de santidad tendremos para quienes somos
católicos, porque hemos esperado con gran entusiasmo las canonizaciones y
beatificaciones de estos grandes hombres.
A Juan XXIII por fin se le hará justicia al reconocer el
gran hombre pero lo más importante, el magnífico pastor, quien adelantado a su
tiempo, convocó al Concilio Vaticano II y habló a los líderes de la tierra para
exigir, como el nombre de su encíclica y testamento espiritual, Pacem in
Terris. Independientemente de toda su vasta obra y legado, nos deja un alto
ejemplo de la caridad.
Juan Pablo II un hombre de su tiempo quien retomó el
verdadero significado de la dignidad del género humano a través de la Teología
del Cuerpo, pero también al exigirle al hombre el buscar la Verdad. Nos deja un
testimonio impresionante de la fortaleza y de la constancia.
Quizá un poco menos conocido por su gran humildad, Don
Álvaro del Portillo, sucesor de San José María y primer Obispo Prelado del Opus
Dei, nos regala su vida y la forma en la cual debemos buscar la santidad por
medio del trabajo cotidiano y con la gran constancia del martirio cotidiano.
Nuevos aires de santidad, grandes transformaciones y grandes
testimonios quienes nos demuestran la posibilidad de acceder a la santidad,
basta solamente quererlo y abrazar a quien es el Camino, la Verdad y la Vida.
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