domingo, 11 de septiembre de 2011

Por los caminos del perdón

En verdad es muy difícil aprender a perdonar, pero es, porque no sabemos cómo. El perdón es un proceso, necesitamos avanzar por los caminos del perdón y la reconciliación.
El rencor y el odio nos hacen presa de la persona o de las cosas, porque no hemos podido soltar su yugo que nos hace esclavos. Seguimos enfrascados en situaciones las cuales no nos permiten caminar, avanzar y madurar.
No perdamos de vista, perdonar no es borrar el pasado y mucho menos modificarlo, pero sí puede transformar el futuro. Ahí radica su importancia y su poder, por eso es una de las más grandes armas con las cuales contamos.
Si decimos que es proceso, aquí están cuatro pasos muy sencillos:
Admitir nuestro dolor, este paso es sobrevalorado y sobreestimado, no se puede perdonar si no asumo que estoy dolido. No disculpes rápidamente, te han hecho daño y es necesario asumirlo.
Segundo paso, es necesario establecer una distancia prudente o saludable, justo aquí es donde me libero del yugo del otro, porque ya no lo estoy recordando y reviviendo, transformo mi cólera en energía que me favorezca.
El siguiente movimiento, valorar objetivamente lo sucedido, sin juicios, consideraciones, afectividades, para así darle una justa dimensión.
Por último, me libero del poder del otro, así es, así fue y no lo podré cambiar. Pero sí transformar la forma en la cual yo quiero vivir con calidad.
Es una tarea complicada, pero basta con el querer comenzar y darse cuenta que nada, ni nadie vale tanto la pena para amargarme la vida.

No hay comentarios: