Aunque parezca una negación, es una afirmación. Es el sentir de las personas emprendedoras, seguras, firmes, dinámicas para las que el “no”, es una palabra ausente en su vocabulario. Para quienes la única forma de salir adelante es el trabajo arduo, cotidiano, honesto. Para quienes buscan construir y no destruir, dialogar y no confrontar. Para quienes han encontrado la verdadera libertad que sólo es posible si se vive con paz interior.
lunes, 29 de octubre de 2012
domingo, 28 de octubre de 2012
Que pueda ver
Retomamos nuestro compartir de los Domingos del Tiempo
Ordinario, hemos llegado al XXX (Mc 10, 46 – 52)
“Después llegaron
a Jericó. Cuando Jesús salía de allí, acompañado de sus discípulos y de una
gran multitud, el hijo de Timeo - Bartimeo, un mendigo ciego- estaba sentado
junto al camino.
Al enterarse
de que pasaba Jesús, el Nazareno, se puso a gritar: "¡Jesús, Hijo de
David, ten piedad de mí!". Muchos lo reprendían para que se callara, pero
él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten piedad de mí!".
Jesús se
detuvo y dijo: "Llámenlo". Entonces llamaron al ciego y le dijeron:
"¡Animo, levántate! El te llama". Y el ciego, arrojando su manto, se
puso de pie de un salto y fue hacia él.
Jesús le
preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?". Él le respondió:
"Maestro, que yo pueda ver". Jesús le dijo: "Vete, tu fe te ha
salvado". En seguida comenzó a ver y lo siguió por el camino”.
Nuestro caminar en la vida, se torna muchas veces complicado
porque buscamos hacer las cosas a nuestra forma, a nuestro estilo y también a
nuestro parecer. Nos alejamos de la luz y es cuando comenzamos a perder el
rumbo por nuestra ceguera.
Cada vez es más común el perder el sentido de la verdadera
fe, para dar paso a una expresión de religiosidad donde lo único importante es
cumplir por cumplir, entonces ahora somos ciegos en la fe.
Es ahí cuando experimentamos la desolación y nos sentimos perdidos,
desorientados, abandonados y nuestra única reacción es gritar a Jesús. Cuando
experimentamos ese sentido de abandono, regresamos a lo único coherente, a
quien nos da sentido y quien nos refrenda su amor.
Jesús no se cansa de llamarnos, nos brinda esperanza y amor,
nos renueva la fe, por eso nos dice, ¿qué quieres que haga por ti? El en pasaje
evangélico, Bartimeo pidió ver, Jesús se lo concede.
Hoy es un buen día para pedirle a Jesús como Bartimeo, el
poder ver, la apertura del entendimiento a las realidades del proyecto de Dios
en nuestra vida, el poder vislumbrarlo, pero a la vez, el poder abrazarlo.
Pidamos el poder ver, para aumentar nuestra fe, para
percibir la mano de Dios en nuestra vida, pero para poder ser conscientes del
encuentro de amor entre cada uno y Dios.
Abrámonos al misterio de amor de Dios, partiendo de los ojos
de la fe, para poder ver su paso en nuestra vida.
martes, 23 de octubre de 2012
jueves, 11 de octubre de 2012
lunes, 8 de octubre de 2012
sábado, 6 de octubre de 2012
Diálogos por la paz en México
En los pasados días tres y cuatro de octubre, se llevó a
cabo en el Centro Cultural Universitario de la UNAM, un encuentro llamado “Diálogos
por la paz en México”, el cual fue organizado por la Conferencia del Episcopado
Mexicano a través de la Dimensión de Cultura y otras organizaciones y casas de
estudio.
Los temas tratados nos permitieron comprender aspectos
soslayados en la realidad mexicana, ¿Cómo se percibe el dolor frente a la
realidad del país? ¿Cómo pasar de las palabras a la acción?
En ese tenor, los dos días de encuentro nos invitaron a la
reflexión, pero sobre todo a comprender la importancia de no perder de vista el
peligro de perder la humanidad; porque se está privilegiando un pragmatismo, el
cual sólo busca el resultado sin tomar en cuenta los medios, pero por desgracia
en nuestro país no se han dado los resultados y se han pisoteado los derechos
humanos de muchas personas inocentes.
Pero cómo se enfrenta al dolor, ¿cómo podemos superarlo? La
fe es la respuesta de nosotros los creyentes, porque eso nos obliga a nunca
perder la esperanza en el futuro, en el porvenir. Para los no creyentes se
habla de reestructurar el tejido social sobre la base de una ética en común,
privilegiando el conocimiento de la verdad y partiendo de ella.
El problema actual de la inseguridad, no sólo es la mala
estrategia, es el perder de vista el punto de los “daños colaterales” y de lo
sagrado de la vida. Es un hecho que se debe combatir el crimen, pero hay muchas
vías, no se justifica el sufrimiento y menos la violencia. Hay medidas como
económicas o sociales, estas buscan ir a la raíz del problema, pero son a largo
plazo y por eso no son populares entre la clase política.
El reto es buscar una pedagogía para la paz sustentada en
una capacidad de diálogo. Pero con miras a buscar los caminos para la acción,
no vasca con el decir, sino el hacer.
Pero ahora cómo empezar es la cuestión. El punto de partida
será el papel del Estado, Burke dice que no hay nada más injusto y opresor que
un gobierno débil, ello porque permite el abuso.
¿Tendremos entonces esperanza para el futuro? Claro, porque
una sociedad sin esperanza está condenada a morir. Esperamos la pronta solución
de la situación actual para volver a una sociedad humanista.
miércoles, 3 de octubre de 2012
martes, 2 de octubre de 2012
¡Regresamos! Con martes de clásicos... "Si quieres"
Ya la hemos colocado, pero es bueno recordar su letra...
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